"Petro y Peñalosa se inventaron las corralejas en Bogotá"

El exalcalde de Bogotá, Luis Eduardo Garzón, Ministro Consejero para el Diálogo Social, defiende su comportamiento y decisiones políticas, se mofa de Peñalosa y Petro, y asegura que “se inventaron las corralejas en Bogotá”. También nos entrega una chiva periodística sobre el inicio de los diálogos con el ELN. A calzón quitao, Lucho –como se le conoce- analiza la política nacional desde su óptica, muy gráfica e irónica. El Partido Verde, su partido, se retiró de la Unidad Nacional, pero usted se quedó muy fresco en la burocracia. ¿Por qué lo hizo? Los verdes se fueron para donde Gustavo Petro. Cuando entramos al gobierno había un proceso incipiente de paz. Yo dije que no había ministerio, sin misterio. Mi agenda estaba limitada a una burocracia de cinco funcionarios. Ahora cuando viene la decisión de adherir a Gustavo Petro, le presenté renuncia al presidente Santos. Pero él me expuso que hemos construido una confianza de casi dos años en relación con este tema, y me pidió quedarme a título personal, sin respaldo político. Mi agenda no es conseguir un umbral, no es nada diferente a seguir trabajando por la reconciliación de los colombianos. “Se fueron para donde Petro”, dice usted… ¿Es una crítica al alcalde o a su partido? Tuve una conversación reciente con Gustavo. El alcalde ha logrado una cosa importante, que lo apoyen 13 de los 45 concejales, ocho de progresistas y cinco verdes. Además ganó una gobernabilidad para su agenda en un momento donde está planteada la revocatoria y tiene amenazas de órganos de control. No tengo dificultades en ver cosas valiosas de Petro. Ni más faltaba que hable de paz y construya un lenguaje de guerra, al contrario, pero es evidente que ahora Petro controla en términos absolutos el Partido Verde. ¿Lástima por el verde? No, para nada. El mundo de lo público, de la política, tiene momentos especiales. La mayoría en estos momentos del Verde consideraron que la agenda es alrededor de Petro y otros consideramos -desde siempre- que el presidente no ganó con la agenda de la paz pero ha construido un gobierno que la busca. ¿Esa ola verde que emocionó a los colombianos desapareció? Claro que desapareció. Antanas Mockus está en este proceso de paz, no está jugando para nada en una estructura política, está dedicado a su Corporación Visionarios y dice que está en huelga mientras no haya paz. En otro lugar está Fajardo gobernando muy bien a Antioquia y no quiere saber nada de este proceso, pero ha jugado un papel protagónico en Gobernadores por la Paz. Y yo estoy en esto. El único que ha quedado en la escena política es Peñalosa, que no quiere a Santos, no quiere a Vargas Lleras, no quiere a Petro ni a Navarro. Yo lo acompañé en su momento y hasta bailé con Uribe, pero no más. Hoy hay una agenda, que es el tema de la reconciliación y la paz. Es mi única agenda. ¿Estamos escribiendo un réquiem por el Partido Verde? Yo no quisiera ser sepulturero de nadie. Ellos serán responsables de una cosa muy coyunturalista: una alianza exclusivamente por sacar un umbral. Eso no tiene sentido, porque de una u otra manera, en mi opinión el candidato presidencial más fuerte es el escenario de la paz. Lo digo sin miedo: el mejor referente para lograr la paz después de construir las confianzas nacionales e internacionales que se requieren, evidentemente es el presidente Santos. Pero uno no puede condicionar que el proceso electoral esté chantajeado por paz o por guerra. Sin ambages, ¿fue una equivocación que los verdes se retiraran de la Unidad Nacional? Si, fue un error, por otros temas también. Entramos a profundizar en el estatuto anticorrupción, equidad en las regalías, relaciones internacionales, manejo responsable de la política internacional. ¿Ve despistado a Peñalosa? Enrique tiene una capacidad enorme para ganar enemigos y confrontarlos. Lo admiro, lo respeto, creo que es un hombre bien intencionado, conoce los temas de ciudad, democracia, espacio público… pero definitivamente la arrogancia no es buena ni cuando se va ni cuando se viene. No es buena en ningún tiempo. Peñalosa se pone bravo con Vargas Lleras, bravo con Santos, bravo con Petro, bravo con Navarro… mejor dicho, con el único que no está bravo es con Uribe.  Pues entonces que diga de una vez con quién es que está. Pero me parece una equivocación dar tantas peleas al mismo tiempo. Hablando con Petro yo le dije, vea Gustavo usted se parece a Peñalosa en lo siguiente, que a usted no le gustan las corridas de toros, las acabó, pero promovieron las corralejas, de a 20 toros a la vez… No es justo que Peñalosa piense que lo único bueno es lo de él, y lo demás es desastroso. No es justo. Gina Parody también ha salido a atacar a Peñalosa, ¿el discurso oficial es ese? No, para nada. Yo estoy jodido por las ‘p’, Parody, Peñalosa y Petro. No no me vaya a sacar otra ‘p’ (la piedra). Que quede claro que a Peñalosa lo quiero y admiro pero uno no puede convertirse en un disolvente, sino más bien en un convocante. ¿En el tema de la paz, ¿qué tanta factibilidad se observa en el Alto Gobierno sobre el inicio de negociaciones con el ELN? Hay decisión de negociar. Hay gente como el presidente Mujica de Uruguay pendiente. Mucha gente moviéndose: Horacio Serpa, Jaime Bernal Cuéllar… La comisión facilitadora ha tenido reuniones. Yo estuve presente en una de ellas hace muy pocos días. El proceso con las FARC fue construido desde marzo de 2011, con un sigilo enorme. Si no hubiese sido por las filtraciones de Pacho Santos en RCN y el señor Jorge Enrique Botero en Telesur, el año pasado hubiéramos tenido mayor tiempo para consolidar una serie de acuerdos. Lo mismo pasa con el ELN. Pienso que hay un ambiente, muy positivo para iniciar los diálogos. ¿Llevamos cuántos años tratando de negociar con el ELN? Muchos, mi generación y más, yo que ya no cumplo años sino que los conmemoro. Es increíble que sigamos hablando de conflicto armado en Colombia. Estamos metiendo 10 puntos del PIB en la guerra, hay una confrontación social terrible. Hoy afortunadamente el conflicto es más social que armado. Eso nos permite visibilizar falencias del Estado en las regiones, ausencia de gobernabilidad, liderazgos de la época pre feudal. Esta será mi última actividad pública. Si hay un postconflicto estaré en él, pero no estaré más en la guerra. Hago mío el epitafio “este tipo luchó por la paz y descansó en paz”. ¿Qué piensa usted del Gobierno Santos, con un saldo social negativo según las encuestas? El gobierno no comunica bien las cosas que son buenas. Hay mucho por hacer, pero este hombre (Santos) ha hecho mucho con poco de comunicación. Espero que se dé lo de las FARC y veo con mucha confianza el tema del ELN. Hay que hablar con claridad y no hay que tenerle miedo a asumir lo bueno, lo malo o lo feo de las cosas. Como diría usted, no solo hay que poner los huevos sino cacarearlos… La frase mía es que Santos se la pasa defendiendo los huevos de otro y no muestra los suyos. Para finalizar, ¿por qué no admitir que no era fácil para usted renunciar al buen puesto que hoy tiene en palacio? No, y le digo con toda claridad, tengo una pensión de 3 millones 700 mil pesos. Muy mala para un político, pero muy buena para un trabajador. Con todo respeto, me fascina ese mundo de las comunicaciones, creo que en Radio Corabastos me pagarían unos 3 millones de pesos. Yo soy supermillonario con esa plata, porque el arribismo de la izquierda no me carcomió a mí, afortunadamente.