
Colombia se encuentra en una encrucijada legislativa que podría costarle dos de las iniciativas más ambiciosas del gobierno de Gustavo Petro: la reforma laboral y la consulta popular.
La razón, según ha advertido el ministro del Interior, Armando Benedetti, radica en posibles errores políticos y de procedimiento dentro del Senado de la República, especialmente en la Comisión Cuarta, que actualmente tiene en sus manos el destino de la reforma.
El tiempo juega en contra
El periodo legislativo finaliza el 20 de junio, y el reloj corre rápidamente. Aunque la reforma laboral ya fue aprobada en la Cámara de Representantes y radicada en el Senado para su tercer debate, el riesgo de que no se logre votar a tiempo es cada vez más palpable.
Benedetti ha sido enfático en que si no se adoptan los tiempos adecuados y si no se da prioridad a la ponencia proveniente de la Cámara, Colombia podría quedarse sin reforma laboral y sin consulta popular, lo que representaría un duro golpe para el Gobierno y para los sectores sociales que han respaldado estos cambios.
La controversia en la Comisión Cuarta
La Comisión Cuarta del Senado, presidida por la senadora Angélica Lozano (Partido Verde), radicó el lunes 26 de mayo la ponencia para el tercer debate del proyecto. Sin embargo, existen diferencias internas sobre aspectos clave, como el recargo nocturno y el aumento del pago en días festivos, que aún deben resolverse “a voto limpio”.
Benedetti no ha dudado en criticar duramente a los senadores que conforman esta comisión, asegurando que están incurriendo en errores similares a los que ya se cometieron en la Comisión Séptima, al desconocer lo que él llama los “derechos progresivos” de los trabajadores colombianos.
La reforma en juego
El proyecto de reforma laboral contempla aspectos cruciales para el mejoramiento de las condiciones laborales, como:
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Pago de horas extras desde las 7:00 p. m.
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Recargos dominicales y festivos
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Incentivos para el empleo formal
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Menor carga tributaria para pequeñas empresas
Sin embargo, también ha habido recortes polémicos, como la eliminación del artículo que ampliaba la licencia de paternidad, una medida que, según la académica Juliana Morad, representa “un retroceso grave” en la lucha por la equidad de género en el mercado laboral.
¿Y la consulta popular?
El otro gran frente que amenaza con naufragar es la consulta popular, una herramienta que el Gobierno quería utilizar para legitimar las reformas sociales. Aunque fue inicialmente hundida en plenaria, Benedetti ha dejado claro que “todavía sigue viva”, y ha advertido que podrían venir “sorpresas” desde el Senado.
No obstante, los tiempos son escasos y la falta de un cronograma claro vuelve improbable su resurrección legislativa en las pocas semanas que restan.
Una puja política de fondo
Detrás del tecnicismo legislativo, lo que hay es una disputa política abierta. Benedetti ha insinuado que hay sectores dentro del Senado que estarían recurriendo a “jugaditas” para frenar los avances del Gobierno, y que esta falta de coordinación interna podría frustrar reformas que cuentan con respaldo social significativo.
En palabras del propio ministro: “Lo que no puede pasar es que nos quedemos sin consulta y sin reforma laboral, que es lo que parece que quiere el Senado.”
A menos de un mes del cierre del periodo legislativo, el futuro de la reforma laboral y la consulta popular pende de un hilo. La falta de acuerdos, el manejo político interno del Senado y el apretado calendario son factores que podrían enterrar dos de las apuestas más importantes del gobierno Petro. El país observa, expectante, mientras el Congreso define si da un paso hacia el cambio o si se queda en el inmovilismo.