El senador Berardo “Ñoño” Elías no solo está en la cárcel sino que las pruebas en su contra lo obligarán a renunciar a su curul en los siguientes días. Y junto con él otros congresistas y dirigentes políticos entrarán en desgracia.
El término “Ñoñomil” es acuñado por la revista Semana, para aludir a otro escándalo político y legal en el país que envió a la cárcel a decenas de congresistas y casi tumba al presidente Samper Pizano. Comparar este escándalo con el proceso 8.000 puede ser un poco apresurado, admite el medio, “pero lo cierto es que hasta ahora se conoce apenas la punta del iceberg de una trama compleja, cuyas implicaciones aún son del todo impredecibles”.
-“Cuando a Santiago Medina le informaron que podía tener problemas judiciales por la narcofinanciación de la campaña de Ernesto Samper, su primera respuesta fue señalar que el día que él pisara el primer escalón de la Fiscalía no iba a caer solo. Cumplió su promesa. Tan pronto le imputaron cargos su confesión se convirtió en la bomba que desató el proceso 8.000.
Algo parecido parece estar sucediendo por estos días con el senador Bernardo “Ñoño” Elías. El gran barón electoral de Córdoba fue detenido el pasado jueves por orden de la Corte Suprema de Justicia. Está acusado de cinco graves delitos: lavado de activos, concierto para delinquir, cohecho propio, tráfico de influencias e interés indebido en la celebración de contratos”.
El Ñoño, acusado hasta por sus socios
El Heraldo revela en su edición dominical la cadena de delaciones que tiene contra las cuerdas al senador cordobés”.
Dice el periódico de Barranquilla: “Para el senador Bernardo ‘Ñoño’ Elías Vidal las cosas por el caso Odebrecht empezaron a complicarse desde mediados de enero pasado, cuando se publicaron las declaraciones ante la Fiscalía de Eleuberto Martorelli, director de la brasileña en Colombia. Durante este tiempo, hasta sus propios ‘amigos’ han sido quienes, a cambio de beneficios judiciales, lo han delatado como uno de los supuestos altos enlaces entre los ‘lobistas’ y contratistas de la corrupta multinacional con funcionarios del Gobierno que habrían facilitado la adición de la vía Ocaña-Gamarra en la Ruta del Sol II.
Martorelli dijo que Elías, el conservador cesarense Alfredo Cuello Baute y el liberal nortesantandereano Alejandro Chacón se habrían comunicado con el exsenador liberal sahagunense Otto Bula coterráneo y viejo conocido de ‘Ñoño’, quien fue el ‘lobista’ del escándalo. Bula cayó como culpable y ahora funge como testigo. Elías, capturado hace pocos días, permanece en el bunker de la Fiscalía en Bogotá para rendir indagatoria ante la Corte Suprema.
El ventilar de Elías
Según Semana, el parlamentario contemplaría encender el ventilador. Su lío judicial arrancó en febrero cuando la Fiscalía hizo una primera compulsa de copias a la corte con evidencia que lo comprometía en el reparto de las coimas. Hace dos semanas el fiscal general amplió la compulsa con nuevas evidencias, ante lo cual el Ñoño sorprendió con su reacción. Pidió que fueran llamados a declarar el presidente de la república, y también Germán Vargas, Mauricio Cárdenas, María Ángela Holguín, Aurelio Iragorri, Alejandro Gaviria, Mariana Garcés, Simón Gaviria, Juan Fernando Cristo, Juan Carlos Pinzón, Tomás González, Gina Parody, Luis Felipe Henao, Natalia Abello, Yesid Reyes, Lucho Garzón, Cecilia Álvarez, Gabriel Vallejo y Diego Molano.
Aunque esa lista parece una burla, detrás había una estrategia jurídica. Lo que pretendía el senador, antes de ser detenido, era demostrar que la aprobación de un proyecto tan importante como la adición de la vía Ocaña-Gamarra dependía de múltiples instancias y de muchas personas importantes. El mensaje entonces era que no tenía lógica atribuirle a un personaje de su nivel, un político de provincia, la capacidad de ser determinante en una decisión de ese tamaño.