
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, anunció el pasado martes 15 de julio que realizará una reestructuración profunda en su gabinete de ministros para el último año de su mandato.
La decisión surge, según afirmó el mandatario, debido a que algunos miembros de su equipo desconocen los principios fundamentales del programa de Gobierno que lo llevó al poder en 2022.
Durante un discurso crítico y sin rodeos, Petro expresó su inconformidad con la gestión de varias carteras ministeriales, atribuyendo su bajo desempeño a la “oposición interna” que —según él— ha dificultado la ejecución de su agenda.
“Ministros y ministras han pasado por aquí sin saber cuál es el programa de Gobierno. Y siguen existiendo”, sentenció el jefe de Estado.
Petro, quien cumplirá tres años en la Presidencia el próximo 7 de agosto, ha sido señalado por la alta rotación de funcionarios en su administración. A la fecha, 55 ministros han sido reemplazados, lo que refleja una inestabilidad estructural en su equipo de gobierno.
Sin embargo, el presidente sostiene que los cambios no han sido suficientes: “No encuentro el gabinete que cumpla el programa de Gobierno”.
"Gobierno del Cambio", sin rumbo claro
En su intervención, Petro fue enfático al señalar que no permitirá que se “burle al pueblo”, refiriéndose al mandato popular que recibió al ganar las elecciones con una plataforma basada en la justicia social, la transición energética y la reforma estructural del Estado.
Para él, el verdadero programa de Gobierno no está contenido en el Plan Nacional de Desarrollo aprobado por el Congreso, ya que, afirmó fue “pervertido” por intereses particulares de los legisladores que introdujeron "caprichos" ajenos al espíritu del "Gobierno del Cambio".
El mandatario no ofreció nombres ni fechas concretas sobre los relevos ministeriales, pero prometió una renovación profunda y “radical” para el tramo final de su administración. Esta decisión se produce en un contexto de creciente desgaste político, baja aprobación ciudadana y estancamiento en la implementación de reformas clave.
Los analistas coinciden en que Petro enfrenta uno de los momentos más complejos de su presidencia. Con un Congreso fragmentado, tensiones internas en la coalición oficialista y dificultades para consolidar sus proyectos estratégicos, la reestructuración del gabinete podría ser su última oportunidad para realinear al Ejecutivo con las promesas de campaña.
Este anuncio se interpreta como un intento de recuperar el control político y de enviar un mensaje claro de autoridad a su equipo de trabajo. A falta de un año para entregar el poder, el presidente busca consolidar su legado bajo la premisa de que el mandato popular debe respetarse hasta el final.
Mientras tanto, el país espera con expectativa los nombres de los nuevos ministros y el rumbo que tomará el “último gabinete del Gobierno del Cambio”.
Las próximas semanas serán clave para definir si esta movida marcará un giro decisivo o un nuevo capítulo de inestabilidad en la Casa de Nariño.