Las campañas presidenciales siguen en la carrera para alcanzar los resultados deseados el próximo 29 de mayo. Hasta el momento, el que va liderando casi todas las encuestas continúa siendo el candidato del Pacto Histórico, Gustavo Petro, quien ha emprendido distintas estrategias en todas las regiones del país para llevar sus ideas y conseguir la mayor cantidad de votos posibles. Sin embargo, en los últimos días varias personas le han recordado que, al igual que varios de sus coequiperos, sigue manteniendo su curul en el Senado y por lo tanto debe cumplir con sus deberes constitucionales.
Cabe recordar que hace exactamente cuatro años, luego de resultar derrotado en segunda vuelta por Iván Duque, Gustavo Petro ganó la curul que por ley le corresponde a las segundas votaciones más altas para presidencia, gobernaciones y alcaldías. Desde entonces, se desempeña como senador de la República, ocupando un puesto que requiere de un amplio compromiso y cumplimiento.
Casos similares los de sus coequiperos Armando Benedetti y Roy Barreras, quienes resultaron electos hace cuatro años para esta corporación y que desde hace ya unos meses vienen acompañando las giras de la campaña del Pacto. Un tema que no ha pasado nada desapercibido puesto que, mientras están en campaña, siguen percibiendo sueldo como senadores de la República.
Lo cierto es, que la lista de quienes han venido cuestionando al candidato por este tema es bastante larga e incluye opositores y afines. Catherine Juvinao, por ejemplo, representante a la Cámara por Bogotá, le pidió al senador Petro que explicara si se encontraba percibiendo su salario y si “está asistiendo cumplidamente a las sesiones del Congreso”.
Otro fue Ernesto Macías, quien se cuestionó “¿Por qué Gustavo Petro no ha renunciado al Senado, como lo hizo Iván Duque hace 4 años?”. Un hecho muy similar que en efecto sucedió en 2018, cuando el actual presidente renunció justo antes de empezar el último periodo del Congreso de aquel entonces.
No obstante, desde la campaña de Gustavo Petro se ha defendido con las uñas la permanencia del candidato en el Senado por distintas razones, siendo protagonista la renuencia de Petro a perder su fuero como congresista. Un tema que de darse, lo llevaría a poder ser investigado por la Fiscalía y no por la Corte Suprema de Justicia, quedando a su percepción carente de cualquier tipo de garantías frente a una eventual persecución política.
De hecho, esto fue confirmado por el propio Petro, que desmintió los rumores sobre su renuncia que venían desde el propio presidente del Senado, Juan Diego Gómez, quien según Semana aseguró que le habrían dicho que la renuncia del senador estaba bastante cerca. Sin embargo, el líder del Pacto Histórico fue enfático en recordar que no es senador por elección sino por ley y que en este momento no existen garantías para él en la justicia ordinaria.
“No quiero quedar en manos de la Fiscalía, no me da garantías como se probó antes de ser congresista, que lo soy no porque quise sino por alguna ley que se aprobó que determinaba que el segundo en votos fuese miembro del Senado”, afirmó el candidato, que en la recta final de su campaña anda recorriendo gran parte del país.
Gustavo Petro, el senador candidato
Lejos de todo ello, ¿qué pasa con la actividad legislativa de Gustavo Petro? Todo este tema nació porque, precisamente, al líder del Pacto Histórico llevan un tiempo sintiéndolo ausente en los debates del Congreso. No obstante, según la representante Juvinao, es muy difícil hacerle seguimiento a este tipo de cosas porque esta corporación no reporta las faltas como debería ser.
De acuerdo con lo que le dijo la también activista a Mañanas Blu, el candidato Gustavo Petro (y en consecuencia otros senadores que están en campaña como John Milton Rodríguez) no poseen la información de sus inasistencias y conseguirla no es una tarea sencilla. Ni siquiera para ella, que lleva años presionando con su veeduría para que los congresistas cumplan con su trabajo.
De igual manera, señaló que los congresistas solo se pueden ausentar por una causa válida y “de ninguna manera en las causales contempladas está algo como ‘permiso para hacer campaña política'''. De hecho, por ley, cierto número de inasistencias pueden dar lugar a la pérdida de la investidura y de llegar a demostrarse el ausentismo de Petro, esta sería razón suficiente para determinar su salida.
No obstante, aquí en este punto es importante mencionar que hoy por hoy una gran parte del Congreso sigue ejerciendo su labor de manera virtual, a pesar de que la presencialidad ya fue anunciada para este último periodo, lo que en teoría les permitiría trabajar desde cualquier parte del país. Aunque, eso sí, cabe preguntarse si con el mismo nivel de compromiso.
En ese sentido las opciones de Gustavo Petro son claras: renunciar a su curul en el Congreso para dedicarse a su campaña política, seguir en esta corporación y asistir cumplidamente a las sesiones (incluso si son presenciales y sin importar si eso entorpece sus planes) o también arriesgarse a una sanción en caso de que se le demuestre que faltó sin una razón contemplada en la ley. Igual situación enfrentan sus coequiperos y otros senadores como John Milton Rodríguez o Jorge Enrique Robledo.
