
De Nueva York no solo salen tendencias, beats y alfombras rojas. También caen imperios. Y esta vez, el que se tambalea es el de Sean “Diddy” Combs, ícono global, empresario, rapero y –ahora– acusado central en uno de los juicios más escandalosos de la industria musical en la última década.
Hoy comenzó oficialmente el proceso judicial contra Combs por tráfico sexual, asociación ilícita y explotación de menores. Las acusaciones, presentadas ante un tribunal federal de Manhattan, configuran una red criminal de dos décadas que habría operado a plena luz del estrellato. Ya no se trata de escándalos mediáticos o demandas archivadas. Es un juicio federal con testimonios, evidencia y un sistema dispuesto, al menos esta vez, a sentarlo en el banquillo.
Más de 150 víctimas. Testimonios de abusos físicos, coerción, grabaciones sexuales no consensuadas. El caso más simbólico: Cassie Ventura, exnovia del rapero, quien en 2023 denunció años de violencia. Un video de 2016 difundido por CNN, donde Combs la golpea brutalmente en un hotel, se convirtió en prueba clave. Diddy calló, pagó, posó, negó. Pero ya no le bastó con el silencio ni con los acuerdos millonarios. Esta vez no hay remix que lo salve.
Lo que está en juego no es solo la reputación de un artista. Es el modelo podrido de una industria que ha encubierto, silenciado y aplaudido a monstruos con micrófono. ¿Cuántos más sabían? ¿Cuántos callaron? ¿Hasta dónde llega la complicidad del poder cuando quien abusa es millonario, influyente y carismático?
La defensa dice que todo fue “consensuado”. Pero hay patrones, hay relatos similares, hay miedo. Y hay mujeres que por fin rompieron el pacto de impunidad.
El juicio podría durar hasta diez semanas. No habrá cámaras. No habrá filtros. Pero sí memoria colectiva.
Este juicio no es solo contra Diddy. Es contra el silencio que lo rodeó, los cómplices con Grammy, y una industria que lo aplaudía mientras otras gritaban sin ser escuchadas. Ahora, por fin, los focos apuntan al escenario donde nadie quería mirar: el del abuso disfrazado de éxito.