The Washington Post, uno de los diarios más influyentes de Estados Unidos, publicó este viernes 25 un análisis de la reacción más crítica que ha surgido desde que el miércoles 23 de septiembre se aprobara en Cuba un acuerdo entre las Farc y el Gobierno sobre justicia transicional y reparativa.
A modo de sátira contra el expresidente Álvaro Uribe, protagonista del principal rechazo hacia el acuerdo, el Post comienza contando que luego de años de esfuerzos para poner fin a un conflicto de medio siglo en Colombia, y mientras que “líderes mundiales desde el presidente Obama hasta el papa Francisco han celebrado y respaldado el proceso de paz”, aparece un “criticón” que ha estado en pie de lucha contra el acuerdo, en cada paso del camino.
Comparan a Uribe con la persona que, durante un partido de fútbol, interrumpe el espectáculo gritando desde las gradas. “El expresidente colombiano Álvaro Uribe ha estado librando una guerra individual desde su Twitter, contra las negociaciones de paz del gobierno con las izquierdistas Farc”, dice el artículo.
Mencionan que en las últimas 30 horas ha conseguido formar un hashtag llamado “#AcuerdoDeImpunidad”, desde el que ha escrito sus agravios al logro de Cuba.
“Ha cargado contra el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, quien aplaudió el progreso en la paz”, reseña el artículo firmado por Joshua Partlow, corresponsal del rotativo en América Latina.
El periodista contó que en los últimos dos días ha enviado al menos 96 mensajes de Twitter, que han podido ser vistos por unos 4 millones de seguidores.
Además consultó a expertos de la política estadounidense y hemisférica, para conocer lo que piensan de las críticas del exmandatario.
“… ‘Él está tuiteando una tormenta. Simplemente no se detiene’, dijo Michael Shifter, presidente del Diálogo Interamericano con sede en Washington. "Él es implacable y que acaba machacando todo."
El artículo del Washington Post reconoce que “la corriente del miedo y la oposición a las negociaciones que Uribe ha explotado son algunas de las razones por las que el proceso de paz es todavía frágil. Más de 220 mil personas han sido asesinadas en la lucha entre las guerrillas, el gobierno, y paramilitares de derecha. Millones también han resultado desplazados. Muchas personas quieren que los guerrilleros de las Farc sean procesados por sus crímenes en cárceles”.
“El acuerdo anunciado el miércoles establecería un proceso de verdad y reconciliación en la que los combatientes que testifiquen sus crímenes podrían ser elegidos para una “justicia alternativa” incluyendo multas y beneficios de detención domiciliaria”, concluye el artículo mientras recuerda que, a fin de cuentas, los colombianos decidirán en las urnas si les gusta o no.
