A pocas semanas del estallido de las protestas en el Magreb africano, que ya habían logrado derrocar al presidente de Túnez, Zine el-Abidine Ben Ali, la chispa de la revolución encendió a Egipto. El 25 de enero de 2011 se registraron las primeras manifestaciones contra el régimen de Hosni Mubarak en El Cairo. Tres semanas después, el 11 de febrero, el pueblo alzado consiguió la dimisión del mandatario. Tras meses de reacomodación política, Egipto eligió presidente: Mohamed Morsi, miembro de los Hermanos Musulmanes. Hoy, dos años más tarde de los levantamientos, siguen las protestas; el cuento no ha acabado.
Muchos egipcios sienten que no se cumplieron a satisfacción los reclamos que 24 meses antes hicieron a Mubarak, porque la tendencia autoritaria del actual mandatario no era lo que pedían en términos de transición democrática. En el país africano persiste una división entre laicos e islamismas y las heridas por recientes episodios de violencia siguen visibles. Si bien muchos derechos y libertades han sido reivindicados, la estabilidad en la nación aún sigue siendo una victoria a medias.
El sueño egipcio a medias
Vie, 25/01/2013 - 10:30
A pocas semanas del estallido de las protestas en el Magreb africano, que ya habían logrado derrocar al presidente de Túnez, Zine el-Abidine Ben Ali, la chispa de la revolución encendió a Egipto.