
En Colombia no gobierna una ideología. Gobierna el desorden.
Cada día se levanta una nueva crisis. Cada sector clave —salud, educación, energía, seguridad— está al borde del colapso. Lo que muchos creen que es improvisación, parece cada vez más una estrategia: la del caos funcional. Nada funciona, pero todo sirve para concentrar poder, justificar lo injustificable y desviar la atención.
Salud:
El caso Sanitas, Nueva EPS y Compensar es apenas la punta del iceberg. No hay claridad sobre los pagos, no hay modelo alternativo, no hay reglas del juego. Solo intervenciones, decisiones unilaterales y un sistema público incapaz de sostenerse. Y mientras tanto, los usuarios quedan atrapados en trámites, colas y tratamientos suspendidos.
Educación:
Universidades sin giros. El Icetex al borde de perder la confianza de los jóvenes. El programa de alimentación escolar paralizado en varias regiones. ¿Y la “reforma estructural”? Brilla por su ausencia.
Energía:
¿Apagón a la vista? Mientras los embalses bajan peligrosamente, el gobierno insiste en pelear con el sector energético en lugar de gestionar soluciones. Las advertencias están sobre la mesa, pero nadie escucha.
Seguridad:
La paz total se convirtió en una zona gris donde mandan los ilegales. Las disidencias de las FARC, el ELN y otros actores armados siguen ganando terreno. Los pactos son secretos. Los resultados, invisibles.
La narrativa como arma:
Cada vez que alguien denuncia, el gobierno responde con desdén, acusaciones o victimismo. El enemigo es el periodista, el analista, el juez, el técnico. Todo aquel que incomode el relato de “resistencia” y “transformación”.
El verdadero peligro:
No es solo que nada funcione. Es que nos acostumbremos a que no funcione. La estrategia del caos busca eso: desmovilizar la crítica, confundir a la ciudadanía, debilitar las instituciones para que el poder se ejerza sin controles, sin datos, sin debate.
Aquí no hay torpeza. Hay táctica. Un país gobernado desde el caos no es un país en transición, es un país en desmantelamiento.
¿Y tú? ¿Todavía crees que esto es solo improvisación?