La agenda editorial de los medios del día es la pelea entre los dos exponentes máximos de la polarización política del país. Aun cuando no deja de ser una escena vergonzosa, fue lo que pasó en el recinto del Senado y había que darlo a conocer. Era natural que este hecho, protagonizado por los senadores Álvaro Uribe Vélez y Gustavo Petro, en el marco de esta era digital, se volvería viral y opacara los debates de fondo.
https://twitter.com/petrogustavo/status/1120862474050461696
https://twitter.com/fernandoposada_/status/1121013092085792774
El roce entre políticos da de qué hablar en redes sociales, se convierte en titulares de los medios de comunicación y tapan, con intencionalidad o no, por parte de los protagonistas, las noticias que sí deberían ser de importancia para el país. Sobre las objeciones del presidente Duque a la JEP, que era el tema del debate de la noche de este 23 de abril, la opinión pública no está hablando.
Mientras que el grueso de los lectores, radioescuchas, televidentes, se queda con la información banal y tiene como tema de conversación la airada respuesta de Uribe a Petro, al llamarlo “sicario” en pleno recinto en el Senado de la República, temas como investigaciones judiciales, hechos de corrupción, ataques a la justicia, entre otros, quedan sin fuerza y empiezan a perder interés para el público, quien permite que estas peleas casadas entre dos personajes, puedan llegar a ser usadas como cortinas de humo.
https://twitter.com/ClaudiaLopez/status/1121114409349406720
https://twitter.com/JPEcheverry/status/1121051610661171205
Tanto Petro como Uribe, líderes naturales de la derecha y la izquierda, saben que sus declaraciones, y más cuando son en contra del otro, generan caos mediático y mal sería, como medios de comunicación, ignorarlos. Infortunadamente logran lo que buscan, que la opinión pública hable de la “pelea” y no de los temas de interés general, que aunque también están en la agenda noticiosa, no son tan leídos o comentados.
La criticada respuesta de Uribe, a Petro, en la que lo llamó tres veces “sicario”, luego de decir que prefiere “80 veces al guerrillero en armas que al sicariato moral difamando”, llegó tras la declaración del senador de la Colombia Humana, en la que lo acusa de ejercer presión sobre el Presidente Iván Duque con el objetivo de que no se conozcan los nombres de aquellas personas que se beneficiaron económicamente de la violencia y que terminaron quedándose con la tierra fértil de Colombia.
https://twitter.com/natiibedoya/status/1120906331970469888
https://twitter.com/CARLOSFMEJIA/status/1120874346837348352
Sobre la “pelea” entre los senadores, que muchos han calificado de ‘circo mediático’, las redes sociales tienes cientos de comentarios, tanto así que Uribe y Petro fueron tendencia nacional, luego de ocurrido el hecho.
El análisis de la periodista Vicky Dávila, luego de este juego de insultos entre los políticos, a los que el pueblo está acostumbrado, de los que gusta y en los que muchas veces sustenta su apoyo político a uno de los dos, “es que estamos en la inmunda”, que “esto no tiene arreglo” y que “nos llevó el que nos trajo”.
https://twitter.com/VickyDavilaH/status/1120951952987295749
https://twitter.com/angelamrobledo/status/1121060790633680896
Para muchos líderes de opinión el comentario del expresidente Uribe fue una “salida en falso” que deja en evidencia su preferencia con la guerra en armas que en argumentos. Otros apoyan sus frases y acusan a Petro de crear controversia para llamar la atención mediática.
https://twitter.com/MJDuzan/status/1121103035185364997
https://twitter.com/SalcedoRamos/status/1121066826602033153
Lo cierto, viendo los comentarios de la opinión pública en las redes sociales, es que este tipo de hechos que planeados o no, no dejan de ser vergonzosos, dividen más al país, polarizan más la política y ponen un tufillo de violencia en el ambiente que la opinión pública está consumiendo. Así la paz no se construye.
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Más de lo mismo...otra pelea vergonzosa
Mié, 24/04/2019 - 11:26
La agenda editorial de los medios del día es la pelea entre los dos exponentes máximos de la polarización política del país. Aun cuando no deja de ser una escena vergonzosa, fue lo que pasó e