Pocas son las cosas que logran atemorizar a un país que está acostumbrado a la guerra. Sin embargo, como nada nunca es imposible, esta semana se logró con el anuncio de un operativo en Puerto Leguízamo, en el departamento del Putumayo, que habría terminado con la vida de 11 personas que según el Gobierno eran criminales de las disidencias y según varias voces regionales eran campesinos y líderes indígenas.
La situación trae reminiscencias del capítulo oscuro de los Falsos Positivos en la historia de Colombia, una práctica cometida por las fuerzas militares que consistía en hacer pasar a ciudadanos inocentes como guerrilleros o criminales “dados de baja” en combate y con ello anunciar exitosos resultados operacionales. Además, teniendo como contexto un escenario en el que se les daban reconocimientos, beneficios económicos y laborales a los soldados que demostraran acciones en el campo.
Sin embargo, lo sucedido en Puerto Leguízamo aún carece de investigación suficiente para determinar si esto fue lo que sucedió o no. Lo que hay por ahora es una fuerte contrastación de versiones oficiales y ciudadanas, que además se suma al agitado clima electoral, el recrudecimiento del conflicto como una previa a las urnas y la necesidad que tiene el Gobierno de demostrar pie de fuerza tras una serie de atentados que han golpeado fuertemente la institucionalidad (caso Cúcuta, los incendios y ataques durante el paro armado del ELN y, más recientemente, la bomba en Bogotá que dejó dos menores inocentes muertos).
En medio de todo ello, el ministro de Defensa, Diego Molano, anunció el pasado 28 de marzo un exitoso operativo en la vereda el Remanso, en el municipio putumayense de Puerto Leguízamo, inicialmente teniendo un balance de nueve personas “neutralizadas”. Al final la cifra fue de 11 supuestos criminales muertos y cuatro capturados.
No obstante, a las pocas horas empezaron a surgir versiones diferentes desde la población. Camilo González Posso, presidente de Indepaz, aseguró que se trató de “una masacre atroz” y que varios testigos y familiares señalaron que “el Ejército entró disparando sin consideración. Asesinaron al presidente de la Junta de Acción Comunal, a su esposa, al gobernador del resguardo indígena”.
Desde Florencia, el periodista independiente conocido como Andrés Prensa, manifestó que algunos familiares de los supuestos criminales le comentaron que se habría tratado en realidad de “un evento comunitario, de un bazar que habrían organizado con el fin de recolectar fondos para el mejoramiento de la vereda”.
De hecho, el periodista entrevistó a un familiar de uno de los fallecidos : “El muchacho fallecido era mi sobrino, Divier Hernández. A mí se me hace muy raro, ¿cómo van a matar a estos muchachos y presentarlos como guerrilleros si no lo son? Ellos vivían acá en Florencia, salían a trabajar, estaban en un evento de un bazar de una caseta comunal”.
A esto se le suma el reporte de la Procuraduría General de la Nación, quien manifestó haber recibido información de la comunidad que desmentiría que las once personas muertas hacían parte del Frente 48 de las Disidencias de las FARC. Señalan para ello como fuente a la Red de Derechos Humanos del Campesinado del Putumayo, Piamonte Cauca y Cofania Jardines de Sucumbios Ipiales-Nariño.
Según estas organizaciones civiles, señala la entidad en un comunicado, “las personas dadas de baja en esta operación serían una mujer, un presidente de junta de acción comunal, un menor de edad, un gobernador de un resguardo indígena y otras dos personas, así como cadáveres desaparecidos”.
Por esta información la Procuraduría exigió la siguiente información al Ejército: copia de la orden de la operación, del informe operacional entregado tras la incursión en la vereda El Remanso, informe de muertes en desarrollo de esta operación y una aclaración de si ya se ha abierto una indagación preliminar o investigación por estos hechos.
Ahora bien, quizá la versión más diciente hasta el momento ha llegado por parte de la Defensoría del Pueblo, quien confirmó que en efecto al menos cuatro civiles habrían muerto durante la operación militar: "el presidente de la Junta de Acción Comunal, su esposa, un adolescente de 16 años y un gobernador del pueblo indígena".
El Gobierno niega regreso de "Falsos positivos"
Rápidamente el revuelo creció entre la sociedad colombiana por lo que podría significar el regreso de los Falsos Positivos. Al momento se ha evidenciado un rechazo generalizado por parte de distintos actores de la política nacional que exigen explicaciones prontas al Ejército y al Gobierno, que según el presidente Iván Duque serán dadas con prontitud por las Fuerzas Militares.
No obstante, desde el Gobierno la posición frente a las acusaciones de asesinatos extrajudiciales ha sido ciertamente combativa, sobre todo en lo que respecta al Ministerio de Defensa, en cabeza de Molano, quien manifestó que “el operativo no fue contra campesinos, sino disidencias Farc. No fue contra inocentes indígenas, sino narcococaleros”.
Como evidencia de ello publicó un video donde se ve a un grupo de hombres armados, pero acá es importante aclarar que dicho material fue compartido sin ningún tipo de contexto y por lo tanto es difícil partir de este para establecer la veracidad de las afirmaciones Ministro.
En otro trino aseguró irónicamente que a los “inocentes civiles (sic)” se les había incautado diferente material de guerra que incluye granadas, balas, armas de largo alcance, proveedores y demás. Sin embargo, también destaca que Molano incluye en sus declaraciones al candidato presidencial Gustavo Petro, llamándolo embustero por sus acusaciones de “falsos positivos” y abriendo un debate sobre si está o no participando indebidamente en política.
Otro que se pronunció fue el presidente Iván Duque, apoyando las acciones de las Fuerzas Militares: “El Ejército ha venido explicando punto a punto, primero la planeación de la operación, y segundo ya ha salido la evidencia del personal armado, de la droga, están las incautaciones y fuera de eso tenemos algunos de nuestros hombres heridos”.
Además, aseguró que “la evidencia que se ha entregado muestra claramente que los delincuentes estaban allí, el armamento que tenían y algo que nos duele también algunos de nuestros hombres claves fueron heridos en ese intercambio de disparos”.
Precisamente sobre este último punto, el de los soldados heridos en combate, se pronunció Diego Molano, asegurando irónicamente que “un indefenso campesino hiere con un fusil a un soldado” y publicando la entrevista a un militar herido.
Así las cosas, queda esperar cuáles serán las pruebas que seguirán anexando las fuerzas militares para seguir indagando en este caso que abre una herida que aún seguía sanando en el país. Una para la que, por cierto, es probable que no ayuden declaraciones como las de Molano que lo único que hacen es polarizar más un debate en el que, sean de la orilla que sean, se está hablando de 11 colombianos muertos. Once almas más en el historial de un país para el que la paz sigue siendo esquiva.