El tabloide The National Enquirer asegura tener la chiva del año: a Whitney Houston la asesinaron. La publicación se comunicó con Paul Huebl, que es un investigador privado y expolicía de la ciudad de Chicago, quien asegura tener evidencia que prueba que la cantante fue asesinada y no murió ahogada como fue establecido por la autopsia. Huebl asegura que tiene grabaciones de las cámaras de seguridad del hotel donde falleció Houston, donde pueden verse dos hombres, los que él dicen que son los responsables de su muerte. Aparentemente la cantante tenía una deuda de un millón y medio de dólares con un narcotraficante muy poderoso, quien habría mandado a estos dos hombres a cobrar la deuda y como no lo consiguieron, la mataron. Huebl también dice que en la autopsia se demostró que Houston tenía heridas que habrían sido ocasionadas cuando trató de defenderse de sus asesinos.
