Una vez más el flagelo del asesinato ha empañado las fiestas decembrinas para la comunidad colombiana, pues hace apenas unos días el país se lamentaba por la muerte de Lucy Villarreal y de Reinaldo Carrillo, dos líderes sociales asesinados en Tumaco y Pitalito (respectivamente) en el marco de la celebración de Navidad.
En la tarde de este domingo, mientras se encontraba en su casa la docente Llorelys del Carmen Vanegas Herrera, de 50 años de edad, fue ultimada a disparos por un sicario que, según el relato de algunos testigos, primero golpeó en la casa y cuando la profesora atendió a su llamado, este le disparó en tres ocasiones.
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Los testigos relataron lo sucedido
Según los familiares, el atacante llegó a la casa de la profesora en búsqueda de Mariuska Vanegas, su sobrina, y ella le aseguró que no estaba.
De inmediato, el sicario le dijo a Llorelys del Carmen que entonces le dejaría un número de teléfono para que Mariuska se comunicara con ellos y fue cuando el agresor desenfundó el arma, le disparó a la docente en el pómulo derecho y en su abdomen, mientras que el otro disparo no logró impactar en su humanidad.
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Mientras el sicario emprendió la huída en una motocicleta, en la que era acompañado por otro hombre, los vecinos de la profesora Vanegas intentaron auxiliarla y llamaron al servicio de emergencias quienes enviaron una ambulancia que llevó a la mujer hasta la Clínica Campbell de Malambo, siendo remitida después a su sede en Barranquilla pero ya sin signos vitales, Llorelys Vanegas no resistió el ataque y falleció.
Se abrieron las investigaciones
Según informaron las autoridades médicas, la herida que más afectó a la víctima fue la recibida en su abdomen, pues dijeron que el disparo en su rostro solamente rozó el pómulo.
Apenas la Policía de Barranquilla conoció del asesinato procedió a abrir las investigaciones pertinentes en torno al caso, pues sus familiares no registran amenazas en su contra (ni tampoco de su sobrina, quien desconoce porqué fue a ella por quien preguntaron los sicarios).
Por su parte, la comunidad del barrio El Concord, donde vivía Llorelys, pidió a las autoridades que se haga justicia y que este asesinato no quede en la impunidad. Además, la recuerdan como una mujer luchadora, quien trabajaba en un jardín infantil de la zona.
