Una creciente repentina del río Güejar, en el departamento del Meta, dejó un saldo trágico este viernes: al menos tres personas fallecidas y varios desaparecidos durante una jornada de rafting. La emergencia ocurrió cuando una fuerte corriente arrastró cuatro balsas y un kayak en los que se movilizaban 29 turistas que participaban en esta actividad de aventura.
El hecho se presentó en horas de la tarde, en uno de los tramos turísticos del cañón del Güejar, una zona reconocida por sus imponentes paisajes y rápidos de distintos niveles. Según informaron organismos de socorro, la fuerza del agua desvió las embarcaciones y alejó a varios ocupantes de la orilla, dificultando su ubicación inmediata.
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Tras el llamado de alerta, la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD) activó protocolos de búsqueda y rescate, con apoyo de habitantes de la zona, campesinos y guías locales. Gracias a este trabajo conjunto, varios de los afectados fueron localizados con vida. Sin embargo, las labores continúan debido a las dificultades del terreno y las condiciones climáticas que siguen siendo adversas.
Antecedentes preocupantes:
No es la primera vez que una emergencia relacionada con el rafting se registra en el río Güejar. En mayo de 2023, la Alcaldía de Mesetas ordenó suspender temporalmente la actividad tras la muerte de una turista y otros dos incidentes fatales en menos de dos meses. Entonces se promovieron medidas para reforzar la capacitación de guías y mejorar la gestión del riesgo.
A pesar de esos esfuerzos, los desafíos persisten. La temporada de lluvias —de mayo a noviembre— puede hacer que los rápidos, usualmente de nivel I a III, alcancen niveles de dificultad IV, incrementando considerablemente el riesgo para quienes se aventuran sin la debida preparación o sin considerar las condiciones del río.
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Cabe mencionar que, el recorrido de rafting en el cañón del Güejar, de unos 17 kilómetros, atraviesa cascadas, formaciones rocosas milenarias y parajes selváticos, lo que ha convertido a la región en un atractivo turístico en auge. Sin embargo, la tragedia del 6 de junio recuerda que la belleza natural también exige responsabilidad.
