El acelerado desarrollo tecnológico le permitió al ser humano avanzar en sus labores y reducir esfuerzos, pero también cambió la manera de divertirse de las personas, quienes en los juegos de videos, computadores y teléfonos celulares, encontraron una manera peligrosa de pasar el tiempo. Los niños son los que más utilizan estos aparatos por ser nativos digitales, y por ende, el sedentarismo siempre está presente como una enfermedad que puede aparecer, y con ella, sumada a la mala alimentación, pueden llegar problemas como el hígado graso.
En primer lugar, hay que entender que el hígado es el órgano más grande del cuerpo humano, y su función principal es ayudar a digerir los alimentos. Por lo general, el hígado graso, que es la acumulación de grasa en dicho órgano, se produce por la ingesta de licor, sin embargo, las dietas altas en grasas dañinas para el organismo y la baja actividad física son también causantes de este padecimiento.
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Esta problemática en los niños la han alertado desde la Organización Mundial de la Salud, incluso, varios expertos afirman que la combinación del sedentarismo y la mala alimentación, han hecho que los menores comiencen a desarrollar la enfermedad del hígado graso desde tempranas edades. Otros por su parte, prevén que la enfermedad, que ya se demostró va en aumento, podría traer consecuencias nefastas como cirrosis hepática.
La preocupación, según algunos médicos, es que en los consultorios de hepatología se volvió más frecuente ver pacientes con hígado graso, cuando esa patología hace más de 10 años no era común, por lo que se prendieron las alarmas y se evidencia un notorio crecimiento de la problemática.
Detectar la enfermedad es sencillo, solo requiere de una ecografía al hígado, y por eso, la recomendación, aparte de tener una buena alimentación y actividad física, es a que las personas se realicen un examen detallado del órgano, para evitar los problemas que pueden ser irreversibles en un futuro.
