El incesto fue una práctica sexual usada en la antigüedad entre las monarquías para cuidar el linaje y mantener ese sentido de exclusividad que manejaba la sangre azul, las parejas reales estaban conformadas por hermanos y primos, pero existen ejemplos que demuestran cómo degenera genéticamente esta actividad, por lo que muchas familias terminaron acabándose por esta causa.
En la actualidad, el incesto suena como algo aberrante en términos de moralidad, pero el cometerlo tiene graves causas en la salud, estas son las mutaciones que produce la actividad sexual:
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Para empezar, causa microcefalia, un trastorno genético que muestra una cabeza de tamaño pequeño inusual, impidiendo el desarrollo apropiado del cerebro, esto provoca retraso mental. Por ejemplo, es notorio en una parte la población musulmana en Pakistán que práctica todavía el incesto, uno de cada 10 mil paquistaníes posee este síntoma, comparado con el uno de cada millón de personas que lo tiene en el mundo.
El albinismo también se muestra como algo producido a partir del incesto, se trata de una condición que surge a partir de la falta de melanina en el cuerpo, este pigmento especial es el responsable de dar su color a la piel, al pelo y los ojos, dejando una persona con ojos sumamente claros, tez blanca y cabello platinado. En algunos casos, se debe a que una pareja de personas con genes similares decidió procrear, pero también puede estar relacionado con otros factores.
Los rostros generalmente no cuentan con una asimetría perfecta en su rostro, pero en el caso de la descendencia del incesto, la persona puede contar con asimetría facial notoria, entre las culturas donde es o era habitual la endogamia, al pasar de las generaciones, este problema se veía más presente, el resultado no es monstruoso como mostraban las películas hace unos años, pero no da un aspecto normal.
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La mandíbula saliente o prognatismo puede ser una señal de incesto, esta condición era notoria entre las familias nobles que lo practicaban, como es el caso de la Casa de Habsburgo, que tenía el objetivo de preservar los intereses de la familia. Un ejemplo popular es el de Carlos II de España, que no podía hablar ni masticar correctamente.
El incesto también puede provocar extremidades fusionadas, paladar hendido, enanismo, hemofilia y entre otros padecimientos.
