El sexo anal es todavía un tabú. No todas las parejas la contemplan como una práctica recurrente.
“El que fracasa la primera vez en el sexo anal está llamado al exterminio inmediato de esta práctica. Muy pocas personas vuelven a intentarlo. El que lo va a hacer tiene que ser muy buen amante”, dijo la doctora Carmen Larrazábal, psicóloga y abogada colombiana especializada en sexualidad y terapia de pareja en un artículo publicada en la revista Soho.
“La gente le teme al sexo anal porque hace muchos años fue considerada como una práctica pecaminosa que no lleva a la pareja a la procreación, por eso la Iglesia Católica trató de considerarla pecaminosa junto con el sexo oral y la masturbación y la gente le teme pero gusta de ella al mismo tiempo”, dijo Flavia Dos Santos, psicóloga y sexóloga brasileña, a KienyKe.com.
Lea también: Beneficios del sexo que lo sorprenderán
Flavia y Carmen concuerdan en que en la práctica del sexo anal el condón es obligatorio. “El ano es una parte del cuerpo llena de terminaciones nerviosas y los vasitos son muy delgados. Con la penetración se rompen con facilidad y es peligroso si no se tiene cuidado”, dice Flavia Dos Santos.
La terapeuta Carmen Larrazábal aconseja no usar el mismo condón para una penetración vaginal y una anal. Lo mismo asegura Flavia, quien dice que es fundamental cambiar el condón o lavar el pene. El ano tiene bacterias específicas que al entrar en contacto con la mucosa vaginal se duplican con facilidad y se pueden transforman en infecciones.
La pareja, al no estar protegida con un preservativo, puede arriesgarse a padecer enfermedades de transmisión sexual pues es una zona de alto contagio.
Lea también: Lo bueno y lo malo de la masturbación
Una práctica negociada
El sexo anal es una práctica de los dos, ambos deben negociar cómo se va a penetrar, a qué velocidad se va a realizar, la cantidad de penetración y hasta qué punto se va a realizar la práctica.
Es fundamental que el hombre respete la negativa de su pareja. Esta práctica no es para todo el mundo porque todos tienen preferencias distintas. “Lo rico del sexo es que se puede jugar con todo el universo de la sexualidad sin tener la obligación de asumir una sola práctica”, explica Flavia.
Posiciones
La cuchara íntima: La idea de esta posición es que el hombre se tumbe detrás de la mujer uniendo las piernas y doblándolas, así estarán más relajadas. El hombre tendrá acceso a otras partes del cuerpo de la mujer para estimularla mientras realiza el acto.
Autobús de dos pisos: En esta posición la mujer se tumba boca arriba sobre el pecho del hombre arqueando la espalda para conseguir comodidad y apoyándose en los codos. La idea es que la mujer mantenga las piernas dobladas y los pies a la altura de las rodillas del hombre, este la sujeta de la cintura mientras penetra con movimientos fáciles.
Pincho moruno: Si quiere que el hombre haga el trabajo duro, está posición es ideal. Él debe estar apoyado de lado, las piernas de ella pasan sobre la cadera de él, haciendo un puente, el hombre sigue debajo. El ano estará más relajado para una penetración suave.
Lea también: ¿Por qué conviene tener un amante?
El clip: En esta posición existe un esfuerzo extra para la mujer, pero no hay razón para que no se disfrute esta posición.
La mujer se sentará encima del hombre mirándose a la cara, mientras él estará acostado en una posición recta, así ella tendrá el control de la situación mientras con movimientos suaves disfruta la penetración.
Para una sensación superior de penetración la mujer tendrá que tumbarse hacia atrás arqueando su espalda, de esa manera disfrutará de un enloquecedor momento.
El caballo salvaje: En esta posición el hombre debe sentarse de piernas cruzadas y recostarse hacia atrás apoyándose con las manos en el piso, mientras la mujer se sienta en cuclillas sobre él, así tendrán más estimulación y placer.
Cowgirl al revés: En esta postura el hombre estará acostado con las piernas juntas mientras la mujer se sienta encima de él, dándole la espalda y controlando tanto la velocidad como la profundidad de la penetración. El hombre tendrá una esplendorosa vista y es la posición ideal para que la mujer juegue con sus manos.
El perrito: Es la posición más usada para practicar sexo anal, y puede ser la más dolorosa para la mujer porque no tiene el control de la penetración, así que es recomendable usar demasiado lubricante para que no haya dolor.
La mujer se apoya sobre sus codos y rodillas mientras el hombre lo hace solo con sus rodillas. Tendrá libertad en sus manos para estimular a su pareja mientras facilita la penetración.
“En cuanto al placer lo pueden sentir los dos en el mismo momento, la mujer puede sentir más placer al ser estimulado su clítoris, en cambio ellos sentirán placer al estar en contacto con una zona estrecha que les genera mayor deseo. Pero siempre pensando que no es una práctica para todo el mundo”, explica Flavia Dos Santos.
La terapeuta Carmen Larrazábal aconseja no usar el mismo condón para una penetración vaginal y una anal. Lo mismo asegura Flavia, quien dice que es fundamental cambiar el condón o lavar el pene. El ano tiene bacterias específicas que al entrar en contacto con la mucosa vaginal se duplican con facilidad y se pueden transforman en infecciones.
La pareja, al no estar protegida con un preservativo, puede arriesgarse a padecer enfermedades de transmisión sexual pues es una zona de alto contagio.
Lea también: Lo bueno y lo malo de la masturbación
Una práctica negociada
El sexo anal es una práctica de los dos, ambos deben negociar cómo se va a penetrar, a qué velocidad se va a realizar, la cantidad de penetración y hasta qué punto se va a realizar la práctica.
Es fundamental que el hombre respete la negativa de su pareja. Esta práctica no es para todo el mundo porque todos tienen preferencias distintas. “Lo rico del sexo es que se puede jugar con todo el universo de la sexualidad sin tener la obligación de asumir una sola práctica”, explica Flavia.
Posiciones
La cuchara íntima: La idea de esta posición es que el hombre se tumbe detrás de la mujer uniendo las piernas y doblándolas, así estarán más relajadas. El hombre tendrá acceso a otras partes del cuerpo de la mujer para estimularla mientras realiza el acto.
Autobús de dos pisos: En esta posición la mujer se tumba boca arriba sobre el pecho del hombre arqueando la espalda para conseguir comodidad y apoyándose en los codos. La idea es que la mujer mantenga las piernas dobladas y los pies a la altura de las rodillas del hombre, este la sujeta de la cintura mientras penetra con movimientos fáciles.
Pincho moruno: Si quiere que el hombre haga el trabajo duro, está posición es ideal. Él debe estar apoyado de lado, las piernas de ella pasan sobre la cadera de él, haciendo un puente, el hombre sigue debajo. El ano estará más relajado para una penetración suave.
Lea también: ¿Por qué conviene tener un amante?
El clip: En esta posición existe un esfuerzo extra para la mujer, pero no hay razón para que no se disfrute esta posición.
La mujer se sentará encima del hombre mirándose a la cara, mientras él estará acostado en una posición recta, así ella tendrá el control de la situación mientras con movimientos suaves disfruta la penetración.
Para una sensación superior de penetración la mujer tendrá que tumbarse hacia atrás arqueando su espalda, de esa manera disfrutará de un enloquecedor momento.
El caballo salvaje: En esta posición el hombre debe sentarse de piernas cruzadas y recostarse hacia atrás apoyándose con las manos en el piso, mientras la mujer se sienta en cuclillas sobre él, así tendrán más estimulación y placer.
Cowgirl al revés: En esta postura el hombre estará acostado con las piernas juntas mientras la mujer se sienta encima de él, dándole la espalda y controlando tanto la velocidad como la profundidad de la penetración. El hombre tendrá una esplendorosa vista y es la posición ideal para que la mujer juegue con sus manos.
El perrito: Es la posición más usada para practicar sexo anal, y puede ser la más dolorosa para la mujer porque no tiene el control de la penetración, así que es recomendable usar demasiado lubricante para que no haya dolor.
La mujer se apoya sobre sus codos y rodillas mientras el hombre lo hace solo con sus rodillas. Tendrá libertad en sus manos para estimular a su pareja mientras facilita la penetración.
“En cuanto al placer lo pueden sentir los dos en el mismo momento, la mujer puede sentir más placer al ser estimulado su clítoris, en cambio ellos sentirán placer al estar en contacto con una zona estrecha que les genera mayor deseo. Pero siempre pensando que no es una práctica para todo el mundo”, explica Flavia Dos Santos.
