
La sexualidad en los seres humanos es un campo bastante abierto, a pesar de ser un tema que empezó a ser estudiado rigurosamente desde el siglo pasado, es notorio que no es algo que solo se vive en la cama, entre hombre y mujer, en una cama bajo las sábanas. Un ejemplo de esto, la emetofilia.
Para los que no se encuentran familiarizados con el tema, la emetofilia es una parafilia, pero, ¿qué significa esta última palabra? Las parafilias son patrones de comportamiento sexual en el que la fuente de placer es dirigida a objetos, situaciones, actividades o individuos poco convencionales.
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En el caso de la emetofilia se habla de la excitación obtenida por el vómito, ya sea viéndolo, induciéndolo o haciéndolo por sí mismo, igualmente, aquellas personas que fantasean con vomitar, vomitar sobre alguien o que alguien vomite en ellas.
A la emetofilia también se le conoce coloquial o vulgarmente como "ducha romana", los primeros casos conocidos fueron registrados en un artículo publicado en la revista científica, Archives of Sexual Behavior, en 1982.
Robert J. Stoller, un psicoanalista estadounidense, describía los casos de tres mujeres, entre ellas, dos alcanzaban el orgasmo de diferentes maneras, una tenía fantasías con el vómito, la otra lo lograba al vomitar y la última sentía placer anorgásmico después de vomitar.
Entre los que practican la emetofilia están los que describen la situación posterior a vomitar como "espasmo, expulsión y alivio", acompañado con un significado erótico, en un artículo publicado en Vice, un personaje compara la experiencia con la eyaculación, porque una vez aparece es imposible evitarlo.
Los emetofílicos o emetófilos, por ejemplo, pueden sentir placer al vomitar en las partes íntimas o hacerlo en la boca de otra persona, incluso pueden disfrutar de escuchar a alguien vomitar.
La acción puede estar relacionada con la idea de querer ser dominado o dominar, usualmente esta parafilia está relacionada con otras prácticas sexuales, un caso podría ser el 'bukkake', la acción de eyacular, individual o grupalmente, sobre una persona.
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Naturalmente, la emetofilia es para tener cuidado, puesto que si se hace muy a menudo la persona puede deshidratarse y perder electrolitos, o en peores panoramas, sangrar al vomitar, ya sea por una herida en el esófago o en algún otro órgano, o asfixiarse y quedar inconsciente.

