
Terminar una relación, sobre todo una de larga duración, no es nada fácil. Dejar ir ese romance que hizo parte de nuestras vidas puede ser uno de los pasos más importantes que se podrían dar. Pero cuando llega ese día, en que finalmente se toma la decisión, todo cambia, imagínese al ave fénix resurgiendo de sus cenizas, tomando todo ese dolor y desesperación en un nuevo capítulo de su vida, aunque la pregunta en realidad es: ¿Y ahora qué?
En qué ocupar la cabeza o qué es lo que se puede hacer después de terminar una relación romántica, los especialistas sugieren lo siguiente: primero que todo, la decisión ya está tomada, haga todo lo posible por no dar marcha atrás, evite a toda costa caer en tentación, costó mucho terminar como para volver al mismo círculo vicioso, esa persona ya no está en su vida , solo debe seguir adelante.
En conversación con el psicólogo Fabio Navarro, el profesional explica: "Lo importante es tomarse las cosas con calma, entender que lo primordial en este momento es usted mismo, salga y empápese de nuevas experiencias que le mantengan distraído".
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Generalmente, cuando se entabla un noviazgo, se dejan un poco de lado a los amigos, familiares y otras personas cercanas. Estando en solitario, usted tiene todo el tiempo para concentrarse en ellos, no necesariamente en individuos nuevos para conseguir otro compromiso. No con el interés de buscar que sus amigos y familiares se conviertan en su psicólogo, pero sí en ser su escapatoria a esa persona que ya no está.
Con este tiempo libre, y la oportunidad de pensar exclusivamente en usted, se puede dedicar a esas cosas que siempre aplazó, practicar un instrumento, aprender otro idioma, hacer ejercicio, entre otras cosas.[single-related post_id="863504"] Igualmente, una de las actividades que en serio pueden cambiar ese chip de tristeza o corazón roto es el viajar, suena cliché o predecible, pero es que no es una mentir pensar que al estar en un lugar diferente su mente, en cierta medida, se desconecta de la realidad, estando en contacto con otro tipo de personas, explorando lugares nuevos, probando platillos que jamás pensó que existieran, esa es la magia de viajar.