La ropa interior preferida de los hombres depende de los gustos, si prefieren sentirse sueltos o por el contrario, contar con más soporte, lo que tiene que ver con comodidad y estilo, pero bóxers o calzoncillos también tendrían que ver con la calidad del esperma entre el público masculino. Esto lo dicen diferentes expertos y estudios realizados en la materia.
KienyKe.com conversó con el sexólogo, Fernando Rosero, para especificar sobre la relación, "la ropa ajustada, pegada al cuerpo, si es en exceso, puede generar algunas alteraciones o contratiempos. Los testículos tienen una capacidad de autorregulación, generalmente en función del frío y del calor, por eso están por fuera del cuerpo, necesitan una temperatura. Cuando hace frío, a través de una musculatura se contraen, se pegan a la pared abdominal del cuerpo para aumentar la temperatura y que de esa manera no se vea afectada la formación de espermatozoides, y por el contrario, cuando está haciendo mucho calor, los testículos caen un poco, precisamente para tratar de regularizar la temperatura, es un mecanismo normal".
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Rosero entonces concluye que la ropa interior ceñida podría ser contraproducente, "El uso permanente de la ropa pegada hace que se pueda ver afectado este sistema de regularización y formación de espermatozoides".
Además, según un estudio publicado por el diario Human Reproduction, los hombres que estén pensando en tener hijos deberían empezar a pensar en usar ropa interior suelta, así lo menciona Jorge Chavarro, autor de esta investigación, profesor asociado de nutrición, epidemiología y medicina en Harvard.
"Definitivamente no dañará a nadie, y probablemente ayudará a los hombres que se beneficiarán de un pequeño impulso en su conteo de espermatozoides", menciona el experto. Basándose en el ciclo normal de la producción del esperma, Chavarro calcula que tomarían tres meses de usar bóxers (de los sueltos), después de un periodo de usar interiores ajustados, para ver los niveles de esperma aumentar.
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El estudio está basado en una muestra de 656 hombres en parejas que buscan solucionar el problema de infertilidad en el Hospital General de Massachusetts entre los años 2000 y 2017. Estos personajes respondieron preguntas sobre sus hábitos en estilo de vida, incluyendo qué tipo de ropa interior solían usar, y también proporcionaron muestras de semen para ser analizadas (algunos dieron muestras de sangre para estudiar sus hormonas). Los investigadores compararon los resultados de análisis de sangre y semen con las respuestas relacionadas con el estilo de vida.
