
La tranquilidad del barrio Buenos Aires, en la localidad de San Cristóbal Sur, se vio abruptamente interrumpida por una denuncia escalofriante. Margie Espinel, una madre cabeza de familia de 26 años, jamás imaginó que el jardín infantil del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) al que asistía su pequeña de tres años se convertiría en el escenario de una pesadilla inimaginable.
En medio de una entrevista desgarradora a EL TIEMPO, la madre de una de las menores involucradas rompió el silencio sobre lo sucedido. Contó que inicialmente interpretó las señales de su hija como simples rabietas. La niña, quien había ingresado al centro zonal del ICBF en febrero, comenzó a manifestar un rechazo inusual hacia el jardín, expresando con claridad: "mamá, jardín feo, jardín no, abuela sí".
La pesadilla se materializó el 28 de abril, cuando la pequeña confesó a su madre que su profesor, "haciéndose el que jugaba", la besaba en la boca, causando terror de una verdad mucho más dolorosa: tocamientos abusivos también se habrían extendido a sus partes íntimas que la menor explicó a su madre.
El modus operandi del presunto abusador era tan perverso como astuto. Según el relato de la madre, el hombre se valía de supuestos juegos y caricias para perpetrar los abusos, disfrazando sus acciones macabras bajo una apariencia de inocencia. Esta estrategia habría confundido a las víctimas y dificultado la detección temprana de los crímenes.
La reacción de Margie fue inmediata y valiente. Tras escuchar el relato de su hija, interpuso la denuncia y activó el Código Blanco en el Hospital San Blas, un protocolo crucial para la atención integral de víctimas de abuso sexual. La confirmación médica del abuso infantil desató la furia de la madre, quien se dirigió al jardín infantil en busca de respuestas y la identidad del agresor.
El encuentro con el presunto abusador fue tenso y revelador. Al verse descubierto por Margie, intentó huir, evidenciando una clara actitud de culpabilidad. La madre, en un acto de desesperación y justicia propia, lo confrontó físicamente antes de que la policía lo detuviera.
Sin embargo, la indignación de Margie no se detuvo con la captura del hombre identificado como Freddy Castellanos.
La madre de la menor, denunció la actitud negligente de las directivas del jardín infantil, quienes no solo omitieron informar a los padres sobre la incorporación de este docente, sino que, según su testimonio, llegaron al punto de facilitarle sus datos personales al presunto abusador para que la denunciara, poniendo en duda la credibilidad de su hija.
La gravedad de la situación se expande con la sospecha de que al menos 12 niños podrían haber sido víctimas de este individuo, con tres denuncias ya formalizadas. Padres angustiados se encuentran realizando exámenes médicos a sus hijos, temiendo las secuelas de los presuntos abusos.
Ante la presión de las familias afectadas, quienes exigen justicia y la judicialización urgente del docente, el ICBF anunció el cierre temporal del Hogar Infantil Canadá Sede F, donde ocurrieron los hechos. Además, la entidad interpuso una denuncia penal contra el trabajador y la Asociación Parque Canadá, encargada de operar el centro. Se ha prometido acompañamiento psicosocial y la reubicación de los niños afectados.