La presidenta ejecutiva de la Cámara Colombiana de Comercio Electrónico (CCCE), María Fernanda Quiñones, habló con KienyKe.com sobre el crecimiento sin precedentes del e-commerce en el país y los retos para consolidarlo como un verdadero motor económico.
Según el gremio, Colombia cerrará 2025 con un crecimiento anual que oscilará entre el 9% y el 12%, impulsado por consumidores cada vez más dispuestos a integrar las compras digitales a su vida cotidiana.
El salto digital después de la pandemia
Quiñones explicó que el auge del comercio electrónico es consecuencia directa de un proceso iniciado durante la pandemia, cuando la adopción digital creció entre el 38% y el 40%. A partir de ese punto, el país ha mantenido un crecimiento escalonado, marcado no solo por más usuarios, sino por una diversificación en los tipos de productos comprados por internet.
Aunque la tecnología sigue siendo la categoría líder en número y volumen de transacciones, otras como alimentos, retail, belleza, hogar, entretenimiento y cuidado personal ya forman parte del día a día digital de las familias colombianas. Esto ha reducido el ticket promedio de compra, una señal clara —según Quiñones— de que el comercio electrónico dejó de ser un espacio exclusivo para compras esporádicas y se convirtió en un hábito cotidiano.
Sectores que impulsan las ventas y apuestas para 2025
Para la presidenta de la CCCE, el turismo continúa siendo una de las grandes fuerzas del e-commerce, motivo por el cual el gremio impulsa eventos como el Travel Sale, complementario al tradicional Hot Sale. A estas campañas se suma la activación de categorías que históricamente han tenido un ingreso más lento al entorno digital, con el fin de dinamizar toda la economía a partir de la digitalización.
Quiñones afirmó que el primer semestre de 2024 ya movió 51 millones de pesos y que la temporada navideña permitirá cerrar el año con cifras históricas.
Un motor económico, no un simple canal de ventas
La directiva insistió en que el e-commerce no debe interpretarse como un simple canal alternativo para comprar. Para la CCCE es una herramienta que impulsa el desarrollo: facilita la trazabilidad de las transacciones, mejora el recaudo, promueve la inclusión financiera y permite que las empresas —especialmente MIPIMES— accedan a herramientas digitales que aumentan su productividad.
Retos: confianza, brecha digital y transformación empresarial
Pese al avance, Colombia aún enfrenta desafíos importantes. El comercio digital representa apenas el 5% del comercio minorista, muy por debajo del promedio regional (15%) y global (25%–30%). La confianza del consumidor, la seguridad de los datos y la certeza sobre los tiempos de entrega siguen siendo prioridades.
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A esto se suma la brecha de apropiación digital: aunque la conectividad ha mejorado, muchas empresas aún desconocen cómo aprovechar las herramientas digitales. Para Quiñones, avanzar en educación digital y políticas públicas focalizadas es fundamental.
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