Día tras día, cientos de miles de niñas de todo el mundo son sometidas a prácticas que les causan daños físicos o psicológicos o ambos con el consentimiento pleno de sus familias, amigos y comunidades.
El matrimonio infantil y la mutilación genital femenina son prácticas que perjudican a las niñas alrededor del mundo y que además se vienen realizando desde tiempos remotos en muchas comunidades. Las consecuencias se propagan por toda la sociedad y posicionan los mismos estereotipos y la desigualdad de género que motivaron aquellos actos tan perjudiciales.
Matrimonio infantil
Según el informe del Estado de la Población Mundial 2020 presentado hoy por el Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA), aunque el matrimonio infantil está prohibido prácticamente en todo el mundo, cada día se producen 33.000 a escala mundial; la práctica trasciende países, culturas, religiones y grupos étnicos.
El matrimonio infantil suele tener carácter transaccional, y se casa a las niñas para aliviar una carga o asegurar el compromiso de su cuidado. Además, según la edad de la niña se estipula su valor, ya que las más jóvenes podrán estar más años al frente de los servicios domésticos y la maternidad por lo que son mejor valoradas.
Comúnmente cuando una mujer queda embarazada debe abandonar sus estudios, lo que conlleva a perpetuar su situación de pobreza, además de limitarla para tomar decisiones sobre su cuerpo y su futuro.
El informe evidencia que, las tasas más altas de matrimonio infantil se registran en República Dominicana 36 %, que ocupa el primer lugar; Nicaragua 35 %, el segundo; Honduras 34 %, el tercero, y Guatemala 30 %, el quinto. Colombia ocupa el noveno lugar, con un 36% de mujeres que contrajeron matrimonio entre los 20 y los 24 años o empezaron a vivir en unión libre antes de cumplir 18 años.
A escala mundial, una de cada cinco niñas se casa o vive en una unión libre antes de cumplir 18 años. En los países menos desarrollados la cifra se duplica, con 40 % de las niñas casadas antes de cumplir 18 años, en tanto que 12 % de las niñas se casa antes de cumplir 15 años.
Según las cifras del informe, del total de niñas de entre 10 y 14 años que viven bajo algún tipo de unión con un hombre y están ubicadas en zonas urbanas, el 14 por ciento son madres. Mientras que de las mujeres de entre 15 y 19 años que tienen algún tipo de unión en zonas urbanas, el 72% son madres.
Las cifras en las zonas rurales son más alarmantes, el 55% de las niñas entre los 10 y los 14 años son madres, mientras que el 75% de las adolescentes de entre 15 y 19 años tienen por lo menos un hijo.
Otro de los factores que alerta a las autoridades es que alrededor del 60% de estas niñas pertenecen al grupo poblacional de menores recursos y, por lo tanto, están más expuestas a sufrir violencia basada en género, a tener menos ingresos y niveles de educación.
En total, en Colombia hay 128.665 niñas y adolescentes de entre 10 y 19 años que son madres.
Mutilación genital femenina
La mutilación o ablación genital femenina es un procedimiento que se realiza a una mujer o a una niña con el objeto de alterar o lesionar sus órganos genitales sin que existan razones médicas que lo justifiquen. Casi siempre implica la extirpación parcial o total de los genitales externos.
200 millones de mujeres y niñas alrededor del mundo se ven afectadas por la mutilación genital femenina.
Según Unicef, en algunas comunidades esta práctica se considera un rito de transición a la madurez, en otros casos se concibe como una forma de controlar la sexualidad de la mujer. La mutilación genital femenina se practica en muchas comunidades debido a la creencia de que garantiza el futuro matrimonio de las niñas y el honor de las familias. Algunas personas la asocian con creencias religiosas, aunque no existen textos religiosos que obliguen a practicarla.
Las complicaciones médicas por este procedimiento van desde dolor intenso hasta hemorragias prolongadas, infecciones, infertilidad e, incluso, la muerte. Además, puede aumentar el riesgo de transmisión del VIH.
Las mujeres que han sido mutiladas pueden presentar complicaciones al dar a luz, como hemorragias posteriores al parto, muertes fetales o muertes prematuras de sus hijos recién nacidos.
En Colombia, dicha práctica está asociada a comunidades indígenas que heredaron esta costumbre en tiempos de la Colonia.
Relación con la crisis de Covid-19
El informe resalta que, aunque existen pocos datos sobre el modo en que la pandemia de COVID-19 en curso está afectando este tipo de prácticas nocivas, si se conoce que la ejecución de los programas diseñados para acabar con el matrimonio infantil y la mutilación genital femenina está sufriendo retrasos importantes. Además, las perturbaciones económicas relacionadas con la pandemia están aumentando la vulnerabilidad de las niñas ante los mecanismos de adaptación nocivos, que incluyen estas prácticas.
De acuerdo con las previsiones de los investigadores, si la pandemia provoca un retraso de dos años en los programas de prevención de la mutilación genital femenina, se producirán dos millones de casos a lo largo de los próximos diez años.
En el caso del matrimonio infantil según la estimación, se prevén alrededor de 7,4 millones más de casos a lo largo de los próximos diez años por consecuencia del retraso en las intervenciones. Esto sumado a los 5,6 millones de matrimonios que se efectuarán por la recesión económica, arrojaría la cifra de 13 millones de matrimonios infantiles entre 2020 y 2030.