
El avión presidencial colombiano en el que regresaba el mandatario Gustavo Petro desde Sevilla (España) fue desviado de su ruta habitual a Bogotá tras detectarse una posible amenaza de seguridad. El vuelo, que partió el pasado miércoles 3 de julio con una escala programada en las Islas Canarias, fue redirigido a la ciudad de Pereira luego de que servicios de inteligencia advirtieran que la aeronave estaba siendo rastreada desde su parada intermedia.
El incidente ha generado una fuerte respuesta del Gobierno colombiano, que ha intensificado las medidas de protección en torno al presidente. "Nuestro presidente, al ser jefe de Estado, jefe de Gobierno y comandante supremo de las Fuerzas Armadas, se convierte inevitablemente en un objetivo militar para diversas amenazas", afirmó el ministro de Defensa, Pedro Sánchez, en declaraciones a Caracol Radio este martes.
Alerta de inteligencia provocó el desvío
Según medios nacionales, el avión presidencial fue desviado a Pereira, capital del departamento de Risaralda, debido a que servicios de inteligencia detectaron un seguimiento sospechoso desde las Islas Canarias. Aunque el vuelo no sufrió percances técnicos, las autoridades decidieron no arriesgar el aterrizaje en Bogotá hasta asegurar un entorno más controlado.
Pedro Sánchez aseguró que "la seguridad del presidente está completamente garantizada" y explicó que se han reforzado las medidas en todos los frentes: en la Casa de Nariño, en los trayectos del mandatario y durante cada desplazamiento nacional o internacional. El esquema de seguridad ahora incluye mayor presencia de fuerzas especiales, aeronaves de la Fuerza Aeroespacial Colombiana y ampliación de los anillos de seguridad en torno a Petro.
Contexto de amenazas y tensión política
Este nuevo episodio se suma a una serie de denuncias y advertencias realizadas por el propio presidente Petro desde que asumió el poder en agosto de 2022. En múltiples ocasiones ha sugerido que existen planes para atentar contra su vida o incluso perpetrar un golpe de Estado, aunque sin señalar responsables concretos.
En septiembre del año pasado, el presidente declaró que la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA), por medio del embajador en Bogotá, le había alertado sobre un posible atentado con explosivos antes de finalizar 2024. Petro afirmó entonces que la información apuntaba al uso de un camión cargado con dinamita.
En marzo de 2025, el mandatario volvió a hablar públicamente sobre amenazas en su contra, esta vez vinculadas a grupos narcotraficantes que operan en el suroeste del país. Según él, estos grupos estarían detrás de al menos “cuatro intentos” de asesinato por el trabajo del Gobierno para desmantelar redes mafiosas.
Un mes antes, Petro denunció que narcotraficantes habían adquirido dos misiles con la intención de atacar su avión presidencial, como represalia por las acciones del Ejecutivo contra el narcotráfico.
Incluso durante su campaña presidencial, Petro alertó sobre un plan de la banda criminal 'La Cordillera' para asesinarlo, lo que llevó a reforzar su seguridad desde antes de su llegada al poder.
Ataque reciente reaviva preocupación
El ambiente de tensión en Colombia se agravó luego del atentado del 7 de junio contra el senador Miguel Uribe Turbay, miembro del partido de oposición Centro Democrático, quien fue baleado y gravemente herido durante un acto de campaña en Bogotá. El ataque ha encendido las alarmas sobre la creciente inseguridad política de cara a las elecciones presidenciales de 2026.
El ministro de Defensa recordó que no es la primera vez que un presidente colombiano enfrenta amenazas de este tipo, citando los casos de los expresidentes Álvaro Uribe (2002-2010) e Iván Duque (2018-2022), ambos también objeto de atentados frustrados durante sus mandatos.
Seguridad presidencial, prioridad nacional
En respuesta al incidente con el avión presidencial, el Gobierno ha anunciado la incorporación de nuevos grupos de inteligencia, vigilancia y reacción para fortalecer el esquema de seguridad de Gustavo Petro. Cada desplazamiento será cuidadosamente planificado y custodiado, con tecnología de punta y presencia militar especializada.
Este último desvío aéreo confirma que las amenazas contra el presidente no son simples especulaciones. La seguridad del jefe de Estado colombiano se ha convertido en una prioridad nacional en un momento de alta tensión política, marcada por el avance del narcotráfico, la polarización y la violencia electoral.
El país sigue en vilo mientras se esclarecen los hechos detrás del incidente del avión presidencial y se refuerzan los protocolos para proteger a su mandatario.