
El presidente colombiano, Gustavo Petro, anunció este martes que su Gobierno iniciará diálogos con los grupos de delincuencia urbana de Barranquilla con el objetivo de que dejen las armas, frenen la violencia urbana y, a la vez, tengan una segunda oportunidad de reinsertarse a la sociedad.
Así lo manifestó en esta ciudad, la principal del Caribe colombiano, en donde encabezó una manifestación en la que la gente lo respaldó por la presentación de una nueva consulta popular.
"Quiero hablar en Barranquilla a esas bandas y a esos jóvenes porque voy a iniciar un diálogo con las bandas juveniles de Barranquilla", aseguró el jefe de Estado.
Esos diálogos con grupos armados ilegales ya se desarrollan en Medellín y Quibdó, capitales de los departamentos de Antioquia y Chocó, respectivamente, y en Buenaventura, el principal puerto del país en el Pacífico, en donde operan los grupos criminales los 'Shottas' y los 'Espartanos'.
Aunque Petro no nombró las bandas con las que dialogará para la paz, las más conocidas en Barranquilla son 'Los costeños', 'Los rastrojos costeños' y 'Los pepes', que se disputan el control del microtráfico e incluso tienen alianzas criminales con grupos guerrilleros y con el Clan del Golfo.
"Queremos que hagan la paz, que no ataquen a su vecino, que no ataquen al otro joven, que le dejen de prestar servicios al traqueto (narcotraficante) y al político, que van de la mano. Que empiecen con nosotros la formación del liderazgo popular, que este Gobierno les ofrece la mano", aseguró Petro.
El mandatario destacó que esos diálogos han rendido sus frutos principalmente en Medellín, de la que dijo "está a punto de tener solo un dígito de tasa de homicidios".
Explicó que con los diálogos se busca que esos jóvenes de Barranquilla tengan "una segunda oportunidad porque Colombia no es una tierra de bandidos; por eso iniciaremos ese diálogo de paz en esta ciudad".