
En medio de un ambiente tenso y cada vez más politizado, Ricardo Roa, presidente del grupo energético estatal colombiano Ecopetrol, denunció este miércoles una serie de amenazas de muerte, acoso personal y filtraciones de información confidencial que estarían dirigidas a desestabilizar su gestión al frente de la mayor empresa del país.
Durante una intervención pública difundida por video, Roa expresó que tanto él como su entorno familiar han sido objeto de una campaña “sistemática de desprestigio” que —según sus palabras— no es fortuita, sino que tiene objetivos políticos claros. “He sido sujeto de ataques, amenazas de muerte e insultos sin fundamento, e incluso de acoso por razones de género”, afirmó el directivo, quien asumió la presidencia de Ecopetrol en abril de 2023.
La denuncia surge en un momento crítico para Ecopetrol, que ha enfrentado una serie de escándalos, investigaciones judiciales y cuestionamientos sobre su gobernanza, afectando la percepción del mercado e inversionistas nacionales e internacionales.
En lo que muchos interpretan como una advertencia interna, Roa reveló que el pasado 24 de mayo se activó un protocolo de análisis digital dentro del sistema de ciberseguridad de la compañía, el cual identificó 29 posibles casos de filtración de información confidencial y violación de protocolos.
“Los hallazgos permiten preliminarmente inferir que se trata de filtraciones internas que violan el código de ética y el gobierno corporativo y la ley, desestabilizando esta administración y afectando la reputación de la empresa”, sostuvo Roa.
Investigaciones y crisis reputacional
El presidente de Ecopetrol también enfrenta investigaciones de la Fiscalía General de la Nación y la Procuraduría por presuntas irregularidades en la asignación de contratos a una empresa del sector aéreo, así como por la compra de un apartamento en Bogotá que habría sido adquirido por debajo de su valor comercial.
Además, el Consejo Nacional Electoral (CNE) lleva un proceso en su contra por la supuesta violación de los topes de financiación durante la campaña presidencial de Gustavo Petro en 2022, en la cual Roa se desempeñó como gerente.
Estas investigaciones se suman a cuestionamientos por la firma de un contrato por 5,8 millones de dólares con una firma de asesoría legal en Estados Unidos, presuntamente sin autorización del consejo de administración, algo que Roa ha negado tajantemente.
El impacto político y económico
La polémica que envuelve a Ecopetrol también tiene un componente político significativo. En medio del escándalo, el presidente Gustavo Petro ha reiterado su llamado a que la compañía venda sus operaciones de fracking en Estados Unidos y redirija esos recursos hacia sectores estratégicos como energías limpias, inteligencia artificial y fibra óptica.
Petro también ha salido en defensa de la estatal energética, asegurando que Ecopetrol no está en crisis financiera, y que la caída en utilidades responde exclusivamente a la baja en los precios internacionales del petróleo. Según el mandatario, la empresa ha recibido $70 billones para cubrir subsidios de gasolina y diésel, aunque criticó la forma en que se ha manejado esa deuda.
“No estoy de acuerdo con que mis ministros de Hacienda hayan pagado el déficit de combustibles con recursos del erario”, dijo Petro, refiriéndose a decisiones heredadas del gobierno anterior.
¿Qué está en juego?
El ambiente de desconfianza ha generado un impacto directo en los mercados. El valor de las acciones de Ecopetrol ha sufrido un descenso significativo en los últimos meses, ante las percepciones de inestabilidad en la administración, cambios en los equipos de trabajo y denuncias de interferencia política.
Frente a estos desafíos, Roa ha insistido en que la solidez del conglomerado energético “no está en entredicho”, y que se tomarán todas las medidas necesarias para preservar la integridad de la compañía y su reputación corporativa.
Con estas declaraciones, el presidente de Ecopetrol busca no solo alertar sobre posibles riesgos internos, sino también enviar un mensaje claro a quienes intentan instrumentalizar la empresa con fines políticos: la estabilidad institucional está en juego.