
La tercera y última temporada de El Juego del Calamar ha culminado con un desenlace que ha emocionado, sorprendido y dividido a millones de espectadores en todo el mundo. La exitosa serie surcoreana de Netflix, que revolucionó la televisión desde su estreno en 2021, cierra su historia con un mensaje que trasciende la ficción y que, según su protagonista Lee Jung-jae, “representa la esperanza para la humanidad”.
Lee, quien da vida al atormentado Seong Gi-hun, confesó que el final lo tomó por sorpresa. En una entrevista con Variety, reveló que la llegada de un bebé en medio del juego —hija de los jugadores Kim Jun-hee y Myung-gi— lo dejó en shock. “Pensé que era un gran elemento dentro de la historia”, dijo. Este nacimiento se convierte en el motor emocional del protagonista, que ve en la protección de la niña una oportunidad de redención.
El actor surcoreano, de 52 años, también compartió que tuvo profundas conversaciones con el creador de la serie, Hwang Dong-hyuk, sobre cómo debía cerrarse el arco de Gi-hun. Aunque el director consideró otros finales, finalmente apostó por uno cargado de simbolismo. “No debes ver el sacrificio de Gi-hun solo como un sacrificio”, le dijo Hwang, “¿y si lo vemos como un símbolo de esperanza para la humanidad?”.
Rodar la escena final fue, según Lee, el mayor desafío físico y emocional de la serie. Después de 14 meses en una estricta dieta, el actor perdió 10 kilos para reflejar el desgaste total de su personaje. Además, las últimas palabras de Gi-hun, que quedan inconclusas, no fueron un error de edición, sino una elección creativa. “Queríamos que el público completara esa frase con su propia interpretación”, explicó.
Tras la muerte de su personaje, Lee también reflexionó sobre el futuro de la hija de Gi-hun. Desde lo narrativo, le gustaría verla "desmantelando todo el sistema", pero personalmente espera que “nunca sepa lo que ocurrió. Solo deseo que viva una vida feliz y estable”.
Para Lee, el mensaje final de El Juego del Calamar es claro: “Todos somos lastimados y traicionados, pero debemos seguir adelante, vivir juntos, mantener nuestra dignidad y buscar la armonía”. Una enseñanza que resuena en un mundo dividido, y que ha convertido esta serie no solo en un fenómeno televisivo, sino en un reflejo de la condición humana.