
Conocida por su energía arrolladora y franqueza sin filtros en La Red, Mary Méndez sorprendió recientemente al mostrarse desde una faceta poco habitual: la de una mujer que ha sanado, aprendido y crecido tras una ruptura amorosa. En una íntima conversación con Cristina Estupiñán, en su pódcast Sinceramente Cris, la presentadora habló abiertamente sobre su divorcio del DJ y empresario Santiago Iregui, con quien compartió casi ocho años de relación.
Aunque ha sido tradicionalmente reservada con su vida personal, esta vez la samaria decidió compartir lo que considera una de las experiencias más formativas de su vida. Cuando Estupiñán le preguntó por el “porrazo” más grande que le dejó una lección, no dudó en responder:
Mi familia sabía que la vuelta no era por ahí, lo tenían completamente claro. La mamá sabe y los papás saben. Fue un gran porrazo, pero yo no le puedo llamar así porque viví años absolutamente maravillosos.
Lejos de dramatizar o victimizarse, Mary Méndez habló con madurez sobre lo que fue su matrimonio. Reconoció que, pese a las reservas de sus seres cercanos, guarda gratitud y cariño por ese capítulo de su vida:
Construí, estuve acompañada de un hombre que en ese momento fue maravilloso conmigo, afirmó, descartando cualquier resentimiento.
Según relató, el final de la relación no estuvo marcado por conflictos ni escándalos, pero sí dejó una huella que transformó su forma de entender el amor.
Yo no he dejado de creer en el amor, yo creo profundamente en el amor, pero ya no creo en el ‘para siempre’. Y no lo veo como algo malo, porque hoy vivir está en el presente. Mañana, no tengo idea de qué vaya a pasar.
Una de las confesiones más impactantes fue su decisión de “casarse consigo misma” tras la separación. Un gesto simbólico que resume una nueva etapa de autocuidado, autonomía emocional y compromiso con su bienestar.
También compartió que la maternidad nunca fue parte de sus planes, y que tanto ella como Iregui tenían claro su deseo de vivir viajando y explorando el mundo, una elección de vida que, según contó, los unió profundamente.
Hoy, Mary Méndez se enfoca en sus emprendimientos y en una visión de la vida en la que el instinto maternal lo canaliza hacia su entorno cercano, brindando apoyo, afecto y estabilidad desde otro lugar.
Con la claridad que la caracteriza, cerró ese segmento de la conversación con una frase que resume su mirada:
Sería injusto llamarle un porrazo. Viví años absolutamente maravillosos