Llegamos a Bogobar, la sede del Festival de Cine de Bogotá. Algunos iconos del cine espían a los directores y actores de las películas en competencia. El director del festival, Henry Laguado, habla sobre los 30 años de una iniciativa que empezó con la idea de proyectar sólo cine colombiano y que fue el primero en premiar al director Pedro Almodóvar.
-Almodóvar estaba apenas saliendo de España, envió La Ley del deseo a la edición de 1988 y ganó el premio a mejor director y mejor guión. Fue una película muy comentada para esa época porque hablaba sobre una relación gay y fue muy difícil de estrenar, dice Laguado.
Treinta años de historias del festival de cine. ¿ Anécdotas en todo este tiempo?
Nosotros estamos al frente del festival desde el primer año, así que tenemos muchos recuerdos. Cuando comenzamos en el año 84, queríamos hacer un festival sólo de cine colombiano y se hizo el primero, pero en el segundo ya no había películas colombianas, así que tuvimos que hacerlo con países vecinos. Pero al tercero ya no había cine ni de Panamá ni de Ecuador, y así poco a poco el festival se ha ido extendiendo y una de las cosas maravillosas es que ahora vienen películas de todo el mundo.
Nosotros fuimos el primer festival que le dio un premio a Almodóvar, fuimos también el primer festival que le hizo una retrospectiva a Ventura Pons, que nos acompaña en esta edición, y después de esta retrospectiva le han hecho homenajes en muchos países, el último fue en México, donde presentaron 18 de sus películas.
¿Cuál ha sido la evolución del cine colombiano desde 1984 hasta hoy?
Ha cambiado mucho, empezando por la parte técnica. Al principio las películas tenían problemas de fotografía, de sonido y de guión. La verdad es que cada vez hay menos líos con respecto a lo técnico, quizá en lo único en que tenemos problemas todavía, como en toda Latinoamérica, es en el guión.
Pero siento que de un tiempo para acá el cine colombiano empieza a contar nuevas historias, en la forma como realmente nosotros podemos hacer un cine diferente, interesante y que realmente tenga una salida local e internacional.
En la medida en que más locales seamos, más internacionales podemos ser, como sucede con el cine iraní. A nosotros nos falta todavía un poco a pesar que la ley del cine ha ayudado muchísimo.
Pasemos a esta edición ¿cuáles películas hay que ver?
Todas las películas que están en la competencia me parece que vale la pena de ver, por ejemplo Una colección invisible de Bernard David Attal de Brasil y The Whirlpool de Bojan Vuk Kosovcevic de Serbia.
En documentales tenemos uno sobre Chavela Vargas donde ella expone su línea política y otro sobre Silvio Rodríguez tocando en las calles cubanas.
¿Hay una cultura festivalera y de ir a cine en Colombia?
En Colombia estamos muy interesados en el cine, desafortunadamente a través de la piratería. Para mí no hay nada más maravilloso que ver una película en una pantalla grande y verla al lado de una persona que uno no conoce. Nada como el ritual de dejarse sorprender por una historia en una sala de cine.
Y los festivales de cine son una ventana para la que la gente se entere de cuáles son las películas que están marcando una pauta, fuera del sistema publicitario de las películas norteamericanas.
Con un festival la gente se da cuenta de las propuestas interesantes que se producen hoy en el mundo.
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Treinta años de historias del festival de cine. ¿ Anécdotas en todo este tiempo?
Nosotros estamos al frente del festival desde el primer año, así que tenemos muchos recuerdos. Cuando comenzamos en el año 84, queríamos hacer un festival sólo de cine colombiano y se hizo el primero, pero en el segundo ya no había películas colombianas, así que tuvimos que hacerlo con países vecinos. Pero al tercero ya no había cine ni de Panamá ni de Ecuador, y así poco a poco el festival se ha ido extendiendo y una de las cosas maravillosas es que ahora vienen películas de todo el mundo.
Nosotros fuimos el primer festival que le dio un premio a Almodóvar, fuimos también el primer festival que le hizo una retrospectiva a Ventura Pons, que nos acompaña en esta edición, y después de esta retrospectiva le han hecho homenajes en muchos países, el último fue en México, donde presentaron 18 de sus películas.
¿Cuál ha sido la evolución del cine colombiano desde 1984 hasta hoy?
Ha cambiado mucho, empezando por la parte técnica. Al principio las películas tenían problemas de fotografía, de sonido y de guión. La verdad es que cada vez hay menos líos con respecto a lo técnico, quizá en lo único en que tenemos problemas todavía, como en toda Latinoamérica, es en el guión.
Pero siento que de un tiempo para acá el cine colombiano empieza a contar nuevas historias, en la forma como realmente nosotros podemos hacer un cine diferente, interesante y que realmente tenga una salida local e internacional.
En la medida en que más locales seamos, más internacionales podemos ser, como sucede con el cine iraní. A nosotros nos falta todavía un poco a pesar que la ley del cine ha ayudado muchísimo.
Pasemos a esta edición ¿cuáles películas hay que ver?
Todas las películas que están en la competencia me parece que vale la pena de ver, por ejemplo Una colección invisible de Bernard David Attal de Brasil y The Whirlpool de Bojan Vuk Kosovcevic de Serbia.
En documentales tenemos uno sobre Chavela Vargas donde ella expone su línea política y otro sobre Silvio Rodríguez tocando en las calles cubanas.
Ángeles González Sinde, exministra de Cultura de España y finalista del Premio Planeta con su novela El buen hijo es una de las jurados.
¿Qué jurado seleccionará las películas? Para la competencia oficial de largometrajes tenemos a personalidades muy importantes. Ángeles González Sinde, que fue ministra de Cultura en España y acaba de ser finalista del Premio Planeta en España con la novela El buen hijo, Piedad Palacios que es una productora de cine que ha trabajado con Robert Redford, y Spiros Stathoulopoulos, director de la película PVC-1, la historia sobre el collar bomba. Tenemos jurados para cada categoría, para documental de arte, documental social, documental de medio ambiente y para las películas de directores colombianos menores de 18 años.
¿Hay una cultura festivalera y de ir a cine en Colombia?
En Colombia estamos muy interesados en el cine, desafortunadamente a través de la piratería. Para mí no hay nada más maravilloso que ver una película en una pantalla grande y verla al lado de una persona que uno no conoce. Nada como el ritual de dejarse sorprender por una historia en una sala de cine.
Y los festivales de cine son una ventana para la que la gente se entere de cuáles son las películas que están marcando una pauta, fuera del sistema publicitario de las películas norteamericanas.
Con un festival la gente se da cuenta de las propuestas interesantes que se producen hoy en el mundo.
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