No siempre las puertas están abiertas. Ni siquiera las fronteras. Rodrigo Triana lo tiene claro. Hace 30 años años lo expulsaron de la República Checa, cuando siguiendo los pasos de sus padres, Jorge Alí Triana y Rosario Montaña, dejó a su Colombia querida para estudiar cine, tal y como ellos lo habían hecho.
"Muy joven me fui a la República Checa a estudiar cine, pero me echaron y fue algo que me marcó. Mi papá y mi mamá habían estudiado allí y yo quería seguir su legado, pero no me fue bien. Me echaron de la escuela y hasta del país. Me tocó regresarme con el rabo entre las piernas".
En ese entonces, Rodrigo, "anarquista y rebelde" no se sentía conforme con el sistema político del país que unos años atrás le había visto nacer y no tenía miedo de decirlo.
"Era un sistema comunista, para mi un poco fascista y totalitarista. No aceptaban la diferencia y yo estaba muy joven y era muy rebelde. Choqué con el sistema, no me adapté. Fue muy duro que me sacaran. Me dijeron que era como una escoria, un ser no deseado, solo por el hecho de no encajar con su ideología. Me hicieron llorar porque no me sentía así ¿cómo puede pensar alguien eso tan horrible de mí? Creo que soy una persona sencilla, noble".
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A su padre Jorge Alí, le dio muy duro. Que a Rodrigo lo expulsaran de la República Checa significó la más fuerte discusión que padre e hijo han tenido en toda su vida. Sin embargo, aunque esa puerta se cerró, muchas otras se abrieron y la Argentina se convirtió en su país adoptivo para estudiar dirección de cine y televisión. "Y aquí estoy", dice con una tenue sonrisa.
Sentados en un sofá negro en medio de su espaciosa sala, con un enorme cuadro de Marilyn Monroe al estilo pop- art a nuestras espaldas, Rodrigo se toma su tiempo para responder a las preguntas, lo hace de forma pausada y concreta. Viéndolo en su espacio más personal, su casa, se puede describir a Rodrigo Triana en cuatro palabras: Talentoso, creativo, sencillo y bohemio.
Es considerado uno de los mejores directores de cine y televisión del país con una amplia trayectoria que incluye producciones como: 'No olvidarás mi nombre', serie que actualmente dirige. 'Soñar no cuesta nada', 'Amor sincero', 'El estilista', '¿Dónde está Elisa?, 'La Niña'; 'Como el gato y el ratón', entre otras. Sin embargo, es esta última una de sus producciones más queridas, sino la más.
'Como el gato y el ratón' (2002) centra su trama en El barrio La Estrella, ubicado en el sur de Bogotá y habitado por muchos desplazados de la violencia. La zona es liderada por dos familias Los Cristancho y los Brochero. Ante el acontecimiento dela llegada de la luz eléctrica, la cual es tomada de manera ilegal, esa noche hay una celebración en todo el barrio. Más adelante ambas familias se ven divididas por el mismo motivo que antes los había unido: la electricidad. La historia invita a reflexionar sobre el problema de la intolerancia en el país.
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Este filme, constituye para Rodrigo Triana una de sus joyas más preciadas, más que una película, fue una amiga que lo ayudó a salir de uno de sus momentos más difíciles como artista: sentirse estancado.
"A todas mis producciones las he querido mucho y a medida que las voy haciendo la última es la que más me gusta. Pero esta película que quiero demasiado porque llegó en un momento de mi vida en que la necesitaba. Me sentía un poco estancado, no me hallaba (...) Estaba haciendo televisión y tuve una crisis, luego unas personas hablaron de mí, yo venía muy bien y de pronto todo se derrumbó. Fue un momento difícil. Hacer la película me despertó, me hizo tomar fuerzas.
También me hizo ver el cine y la televisión de otra manera. Después de eso hice cosas muy buenas, además me dio muchos premios y fui a muchos festivales. Esa película me subió el ánimo y me devolvió la seguridad".
Son precisamente esas historias que hablan de lo más humano lo que acapara toda la atención de Rodrigo Triana. Conflictos sociales, guerra, paz y reconciliación, sus musas a la hora de crear, de dirigir.
"El arte no es para dar soluciones, sino para poner a la gente a reflexionar""Me gustan las historias que hablan de mi país, que uno las ve y siente colombianas. Uno tiene que hablar de lo que vive y este tipo de historias son las que conquistan mi corazón y me invitan a dirigirlas. Conozco muy bien a mi país y conozco su idiosincrasia. Tengo claro que el arte no es para dar soluciones sino para poner a la gente a pensar, a reflexionar que cada persona que vea una obra, lea un libro o asista a una obra de teatro pueda sacar sus propias conclusiones. Uno como director tiene que abrir un espectro". Siempre lleva consigo un baúl imaginario en el que guarda un montón de historias por realizarse. Incluso, alguna vez, mientras sopesaba los fríos días de invierno en la República Checa, pensó que llevar a 'Cien años de soledad al cine' no sería tan difícil como todos piensan. [single-related post_id="587062"] "Todo mundo dice que eso es dificilísimo de hacer, pero cuando yo la leí me la imaginaba toda para hacerla en cine. Sin embargo, la leí hace mucho tiempo, creo que tengo que leer de nuevo para ver si pienso igual", bromea un poco y nuevamente aparece esa delicada sonrisa en su rostro. No es un hombre de muchos gestos, pero lo dice todo con sus ojos, brillantes y penetrantes.
Esto es un pedacito de Rodrigo Triana, dice ser feliz y estar en su mejor momento. Amante de la cinematografía de Roman Polanski, Luis Buñuel y David Lynch. Escucha de todo y baila salsa con "unos traguitos de más". Es torero frustrado porque cuando le dio por serlo "ya estaba muy viejo. Tenía 26 años". Odia las reglas y siempre lleva la contraria. Le encanta leer novelas, pero le aburren las que usan demasiados adjetivos. Ve todo tipo de cine, incluso el malo "hasta las películas malas le enseñan algo a uno". Nunca ha soñado con Hollywood y le gustaría hacer más cine del que ha podido hacer hasta ahora. "Hacer cine en Colombia es difícil. En toda mi carrera apenas voy para la tercera película. Una de las cosas de las que vivo convencido es que quiero vivir de lo que estudié. No quiero hacer otras cosas para poder hacer cine, quiero vivir de la dirección que fue lo que estudié. Por eso entré a la televisión que es casi tan importante como el cine". Por el momento Rodrigo Triana dirige 'No olvidarás mi nombre', serie del canal RCN y se prepara para su tercera película."Quiero vivir de lo que estudié"