
Chicote llegó abordo del Buque Gloria el 5 de enero de 1981. Era un cachorro de cinco días de nacido. Fue alimentado con ayuda de un tetero y durmió en la silla capitán de la embarcación hasta que cumplió siete meses. Durante sus 13 años de vida, la mascota estuvo en más de 124 puertos y navegó más de 300 mil millas náuticas –cifra que equivale a darle siete vueltas al mundo– por lo que tiene un reconocimiento Guiness Record.
El perro, de pelo dorado y parecido a un labrador, fue llevado a la embarcación por el capitán de la época, el almirante José Antonio Villamizar (Q.E.P.D). Fue la primera mascota del Buque Gloria y un gran colaborador. El perro aprendió a identificar el silbato que ordenaba halar los cabos de las velas. Los tomaba con su hocico y hacía el trabajo como cualquier marino. También era el primer en llegar a la cubierta cuando el capitán lo solicitada.
El jefe técnico Blas Gaviria González recuerda que para bautizar al perro fue necesario reunir a todo el personal del barco. El comandante les pidió a los marineros que pensaran en un nombre para el perro. Cada uno comenzó a nombrar distintas partes del barco hasta que uno propuso que el animal debía llamarse chicote como la punta de una especie de cabuya, conocida como cabo, que sirve para maniobrar las velas del barco. Ese fue el elegido.
Aunque Chicote era obediente solía escaparse de vez en cuando. En el puerto El Havre en Francia, el animal se le fugó al cadete que lo tenía bajo su cuidado y un policía le disparó en una pierna cuando lo vio corriendo. El animal herido regresó al buque y allí fue atendido por el médico. En poco tiempo se recuperó
En otra ocasión, en el puerto de Quebec (Canadá) también escapó. Pasó el tiempo y el perro no apareció pese a que toda la tripulación tuvo que buscarlo. Como el buque debía cumplir con un itinerario, tuvo que zarpar. A pocos minutos de esto, una lancha rápida los persiguió y devolvió a Chicote a la embarcación.
La mascota también despertó celos en algunos miembros de la tripulación porque tenía más protagonismo con los visitantes. Chicote siempre llevaba un collar con su nombre y vacunas. También tenía un vestido de marinero hecho a su medida. Fue entrenado para saludar, dar la mano y pararse en su dos patas traseras. Chicote murió de viejo en 1994. El perro amaneció muerto en los baños que usan los cadetes. Poco después, el Museo Naval de Cartagena le rindió un homenaje. Será recordado como el primer marinero de cuatro patas que navegó en el Buque Gloria.
