De una conversación con un amigo sobre la cantidad de tours que existe en la capital antioqueña alrededor de Pablo Escobar y de pasar seis días cerca de Jhon Jairo Velásquez, alias 'Popeye', para entender la admiración y fascinación de los turistas por este perverso personaje, nació la idea de crear un tour altenativo, uno en el que los protagonistas no son los villanos del narcotráfico sino sus víctimas.
Mauricio Builes, un profesor de cátedra de Eafit, es quien impulsó entre 42 estudiantes de sus cursos de periodismo internacional y digital la idea de ofrecerles a los mismos que recorren el edificio Mónaco, la tumba de Escobar en Montesacro, visitan la casa en el barrio Velódromo en donde murió a tiros o llegan a pagar hasta 1.000 dólares para que el propio exsicario les haga un tour por la ciudad, el lado B de su historia.
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En un ejercicio académico que sueña con crecer, él y sus alumnos les pusieron rostro a algunos de los familiares de los más de 5.500 muertos que dejó a su paso el Cartel de Medellín para hacer reflexionar a la ciudad y a los visitantes sobre la memoria que hay que enaltecer: si la de los asesinos o la de los que padecieron su barbarie.
"Cada nueva biografía, cada nueva serie, cada temporada del Capo en Netflix es una cachetada para las víctimas" Mauricio Builes.
Un contrarrelato
Para Mauricio, ayudar con la producción de un documental ruso sobre la adoración que algunas personas sienten hacia Popeye, el hombre que reconoció su autoría en más de 300 asesinatos y confesó su participación en otros 3.000 cuando estaba al mando de Escobar, fue muy desgastante emocionalmente "por su figura, por lo que cuenta, por cómo se comporta la gente con él en la calle", contó a kienyke.com. Para el profe, el que fue un sicario de la mafia "ahora es una estrella mediática". Así nació la idea de hacer un contrarrelato con la voz de sus víctimas, como una forma de honrarlas y de aportar un grano de arena para dejar de exaltar la memoria de los personajes que les hicieron tanto daño. "Fue el trabajo final de la materia y cayó bien el proyecto. Trajamos en ello los últimos tres o cuatro meses y apenas hace dos días sacamos la página www.narcotour.co", explicó. [single-related post_id="693207"] Cada estudiantes tuvo una tarea específica qué cumplir y la misión de buscar a quienes resultaron afectados por los bombazos, los asesinatos selectivos, los atentados. "Acá en Medellín casi que todas las familias tienen una historia qué contar al respecto, pero casi no se ventila, porque es un tema vergonzante o que se trata de ocultar", dijo el docente y añadió: "las víctimas desde hace 25 o 30 años siguen con ese dolor atragantado". Juliana Uribe, de 22 años y estudiante ad portas de ingresar al séptimo semestre de Comunicación Social, es una de las que participó en el proyecto. Para ella y sus compañeros "fue todo un reto", dijo. Del capo del Cartel de Medellín conocía lo que su familia le había contado y lo que las narconovelas, las series y algunos libros han retratado. Así, además de un ejercicio de memoria para los turistas, la iniciativa se convirtió en una oportunidad para que los más jóvenes de la ciudad conozcan su doloroso legado. "Teníamos claro que Medelín no era la única ciudad con víctimas, Pablo Escobar trasladó su guerra a otras ciudades y municipios, por eso en el portal hay testimonios de personas que perdieron a sus seres queridos en el ataque al DAS, en el avión de Avianca, también hay historias sobre Nápoles y Puerto Triunfo", contó Builes. Juliana, precisamente, viajó hasta Bogotá para hablar con los familiares de quienes murieron en el atentado al avión de Avianca. Gracias a un contacto con la Fundación Colombia Sin Memoria pudo entrevistar a dos personas relacionadas con esta tragedia y conocer a la esposa del periodista de Mundo Visión Jorge Enrique Pulido, asesinado en 1989 por haber hecho públicas sus denuncias contra el narcotraficante. "Fue una experiencia muy enriquecedora. Siento que es la primera vez que hago un trabajo periodístico de impacto. Fue muy duro conocer las historias, conmoverse, sentir el dolor y el lado humano de esta etapa de violencia que sufrió el país", afirmó la estudiante. Para el docente, este aspecto fue uno de los más interesantes del proyecto: "Conocer a las víctimas no solo los puso en el escenario periódistico sino que les reveló el dolor oculto que hay en nuestra sociedad", explicó."Más allá de la narcocultura, de la fascinación que pueden despertar las hazañas criminales de Pablo Escobar, es necesario darle voz al dolor que está silenciado, a veces por volutad propia y otras porque la misma sociedad no quiere escucharlo" Docente Mauricio Builes.