Un hombre serio, imponente y seguro de sí mismo. Así es Ernesto Andrade, uno de los médicos cirujanos más prestigiosos del país que cuenta con una amplia trayectoria en el campo estético. Él, testigo de miles de sonrisas en hombres y mujeres tras ver sus cambios físicos, sabe que en la innovación está el éxito de su profesión, esa misma que tantas noches lo hizo trasnochar de joven, pero que hoy le da felicidad a su vida.
KienyKe.com conversó con él para saber más sobre cómo es la vida de un profesional de la medicina y esos aspectos que, más allá de hacerlo una persona destacada en su labor, lo exponen como humano: "Cuando era niño veía cómo mi papá operaba narices. Era médico y otorrino. Me gustaba mucho lo que hacía, porque lo hacía con mucha pasión", contó. Sin embargo, su gusto por este tipo de operaciones iba más allá, ya que sentía una profunda atracción por las artes plásticas. Entonces, se debatía entre si quería ser un artista, un pintor o un escultor o si quería ser médico en una familia con trayectoria en esta profesión.
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Desde pequeño sintió la sensibilidad que se necesita para ser médico. A medida que pasaba el tiempo empezó a sentir "la angustia de los feos y el gozo de los lindos o lindas, simplemente por un accidente del destino, ¿por qué por dos o tres milímetros tiene que estar sufriendo por algo que no escogió si es algo que se puede cambiar?", expresó.
Es aquí donde Ernesto encuentra el placer de ver a la gente tras sus intervenciones, ya que gracias a este tipo de operaciones su vida o personalidad cambia, haciéndolo inclinar hacia lo que él quería en la vida, exactamente, a operar narices, no solo por la influencia familiar, sino porque la nariz es el centro de la cara.
"La medicina es supremamente linda. Es un gozo estudiarla, llena de información. Quería ser cirujano plástico, incluso sin haber rotado por cirugía plástica. Un estudiante de medicina, por lo general, no pasa por allá", dijo Ernesto Andrade.De hecho, cuando entró a estudiar cirugía plástica ni siquiera sabía que iba a terminar ampliando su rango de acción a todas las áreas de esta rama de la medicina, porque al principio solo quería operar narices. "Con el tiempo me fui enamorando de todo lo que la cirugía plástica, con inclinación a la estética", apunta. "Lo más lindo de esta profesión es la alegría de los pacientes. Los cirujanos plásticos somos como los artistas, disfrutamos más del aplauso que del dinero", anotó. Hace poco operó a una niña de sus cejas y cuando la mamá la vio se puso a llorar de la emoción. "Esas cosas te pagan el día por completo".
No solo las rinoplastias
Evidentemente, la rinoplastia es la cirugía preferida de Ernesto Andrade, pero también se siente atraído por esas intervenciones que requieren rigor: "Me encanta hacer abdominoplastias y cirugías de cuello. Los resultados son excelentes, las otras son más rutinarias". El especialista, apasionado por su labor, explicó los adelantos del sector plástico y estético. Para empezar, dijo que no son tantos como la gente pensaría, teniendo en cuenta que lo que se planea ahora saldría en unos diez o veinte años, ya que se requieren estudios muy serios y dedicados, con un tiempo de probatoria extenso. Las cirugías, sean de nariz o de abdomen, como las conocemos ahora, han tenido muy pocos cambios en los últimos sesenta años. Lo que es verdaderamente novedoso son los microimplantes de glúteos, conocidos como Volup-A. "Es algo completamente nuevo, distinto a todo lo que existía. Consiste en la introducción de implantes microscópicos. Los de antes son los que todos conocemos, una bola de 300 a 800 centímetros cúbicos, mientras que estos son de 4 milímetros, increíblemente pequeños, pero lo suficientemente grandes para no irse por un vaso sanguíneo o una vena y causar un embolismo o las implicaciones que los médicos sabemos serían nefastas", explicóEstos microimplantes van dentro de la grasa. A través de una incisión muy pequeña se logra crecer volumen considerablemente. Una técnica nueva que cambia muchísimo la cirugía estética.[single-related post_id="902568"] Siendo una opción increíble, también es fácil aprender a implementarla, ya que moldea en vez de aumentar el volumen. Algo necesario en el mundo de la cirugía plástica: "Se nos volvió una moda que lo grande es bonito. Senos gigantes, colas gigantes, cinturitas de avispa. Empezamos a hacer unos híbridos y engendros que es una cultura medio traqueta en Colombia". Según Andrade, "una de esas colas gigantes que vemos, hechas con biopolimeros, es antinatural, se ve horrorosa, es antiestética. Todas las mujeres la critican pero uno se aterra que todavía se sigue viendo en la calle personas caminando orgullosas con un par de patillas en las nalgas, que desde mi punto de vista, desviaron el objetivo de la cirugía plástica que en su momento era moldear, ya que la palabra plástico viene de moldeamiento, no de aumento del volumen de las cosas". Finalmente, Andrade le envió un mensaje a sus colegas: "Ojalá los cirujanos plásticos logren resetear esta tendencia y no se dejen presionar por los pacientes". Y añadió: "Yo dejé de sentir presión por los pacientes hace muchos años. Si el paciente me viene a pedir una cosa que me parece descabellada no lo hago. Pero veo con tristeza que muchos de mis colegas dicen 'es que eso fue lo que mi paciente me pidió'. No, nosotros también estamos para educar, uno no puede perder su norte. Si logramos cambiar eso, las mujeres lo van a ir entendiendo. Solo espero que no sea muy tarde, porque la cirugía plástica deja secuelas".