El 4 de noviembre de 2010 se presentaron once empresas para la licitación de operación del Sistema Integrado de Transporte de trece zonas de Bogotá. Ese proyecto fue, además, el eslogan base de la campaña a la alcaldía del hoy suspendido Samuel Moreno. En caso de ganar, se conformaría un nuevo consorcio, llamado Sociedad Futura Este es mi Bus S.A., del que harían parte estas empresas: mi Bus S.A., Álvarez y Collins ‒Carlos Collins Espeleta es su representante legal‒, Constructora Carlos Collins S.A. ‒también con Collins Espeleta como representante‒, Construirte S.A., Bonus Banca de Inversión S.A. y Cootranskennedy Ltda.
Ese día, a la Sociedad Futura Este es mi Bus S.A., le fueron adjudicadas dos de las zonas del SITP (Sistema Integrado de Transporte): la de la calle 80 y la zona del Tintal. Otras sociedades proponentes se preguntaron por qué no ganaron si tenían mejores condiciones y cumplían con los pliegos de la licitación. Ante los ojos de muchos proponentes, Este es Mi Bus S.A. no cumplía con la totalidad de los requisitos y, en apariencia, parecía no ser una empresa solida.
Collins Espeleta es el representante legal de la empresa Álvarez y Collins, que hace parte de la sociedad Este es Mi Bus S.A., que hoy en día opera el SITP de la calle 80 y el Tintal. Además, el señor Collins es miembro de la junta directiva de la Concesión Autopista Bogotá-Girardot S.A., de la que también hace parte su empresa Álvarez y Collins, como lo certifica el documento de Cámara y Comercio, de la compañía constituida el 2 de julio de 2004.
Pero si además Álvarez y Collins S.A. está certificada por la Superintendencia de Sociedades como una empresa del Grupo Nule, ¿por qué Transmilenio y la Alcaldía Mayor de Bogotá les adjudican esta licitación del sistema integrado de transporte?
El Sistema Integrado de Transporte fue el slogan de la campaña a la alcaldía de Samuel Moreno.
Para presentarse a la licitación de las trece zonas del Sistema Integrado de Transporte de Bogotá, todas las empresas debían tener como socio a una banca de inversión con experiencia en consecución de recursos. Además, el proyecto anterior al que le hubieran conseguido dinero debía certificarlo.
Bonus Banca de Inversión S.A. fue la escogida por la Sociedad Futura Este es Mi Bus S.A. para este propósito, la misma banca que le prestó los servicios de consecución de recursos a la Concesión Autopista Bogotá-Girardot S.A., manejada por los Nule, a pesar de que certificaron que nunca habían recibido el dinero para la obra de esta banca de inversión.
Otra de las condiciones para presentarse a la licitación era demostrar experiencia en transporte público con alguna de las 66 empresas habilitadas para tal fin.
Sin embargo, Este es Mi Bus S.A. se presentó a la licitación demostrando experiencia en transporte público con una sola empresa, Cootranskennedy Ltda., quienes tenían un problema: el nombramiento de su revisor fiscal, Gabriel Garcia Devia, estaba cuestionado. Por eso, la Cámara de Comercio puso en suspensión a Cootranskennedy Ltda. Este hecho está en el acta número 54 de la asamblea de socios. Es decir, Murcia León certificó los estados financieros y actuaciones de tipo parafiscal de Cootranskennedy Ldta., pero no podía hacerlo.
Además, algunos empresarios de transporte público que se presentaron a ese proceso de licitación aseguran que uno de los socios de Este es Mi Bus S.A., el ex senador Eduardo Hernández, dueño de Taxis Libres, es muy cercano al ex alcalde Samuel Moreno.
Otro punto es que Álvaro Dávila Peña, abogado del Grupo Nule, fue asesor jurídico de Transmilenio S.A. cuando se diseñaron los pliegos del SITP. Esto se puede ver en el contrato No CTO 145- 08 de la Alcaldía mayor de Bogotá. El contrato de servicios de Dávila Peña fue firmado el 16 de septiembre de 2008, y según el documento también fue el abogado asesor de Transmilenio durante los doce meses siguientes, hasta el 16 de septiembre de 2009. Sus honorarios fueron de $201’840.000.
La licitación de las trece zonas del SITP se hizo pública en febrero de 2009, luego de varios meses de trabajo y preparación de la misma. ¿Tuvo algo que ver el abogado Dávila en el diseño de los pliegos de esta licitación a la que se presentaron los socios de sus clientes, los Nule? ¿Por qué Dávila asesoraba de forma simultánea a Transmilenio y al grupo empresarial que tenía un contrato con el sistema integrado de transporte? ¿Se puede decir que Dávila se asesoraba a sí mismo? Otra conducta para anotar, es que Dávila trabajó durante el contrato como la mano derecha de Clara Elena Zabaraín, directora jurídica de Transmilenio S.A., quien además tenía al función de revisar los pliegos para la licitación.
Las mismas tres empresas que se presentaron a la licitación de la autopista Bogotá-Girardot, a la del Túnel de la Línea y a la de la Calle 26 en Bogotá, y que además se las ganaron, son las mismas que hoy, bajo el nombre Este es mi Bus S.A., tiene en sus manos la operación del Sistema Integrado de Transporte de Bogotá para dos de las más grandes zonas de la capital: la calle 80 y El Tintal.


Al momento de la licitación, la elección del revisor fiscal de Cootranskennedy estaba cuestionada.