Parece aterrador pensar que una persona haya permanecido 12 años sentada en un sofá hasta perder la vida, aunque a veces la realidad supera a la ficción. Este es el caso de Lacey Fletcher, la joven de 36 años que sufría de una grave discapacidad física y dependía por completo de sus padres, quienes la dejaron en un mueble hasta podrirse.
Esta aterradora historia tuvo lugar en Slaughter, Louisiana, Estados Unidos, en mayo de 2022. Según reportaron los medios locales, Fletcher sufría de síndrome de enclaustramiento, una discapacidad que paralizaba por completo su cuerpo, pero la mantenía consciente todo el tiempo.
Por esta razón, la joven vivía con sus padres Sheila and Clay Fletcher, quienes debían cuidar de ella para realizar todas sus labores diarias.
Un día, su progenitora llamó a la línea de emergencias pidiendo ayuda porque su hija "había dejado de respirar". La autoridades acudieron al hogar imaginando encontrar algo completamente diferente: una mujer con pocas horas de fallecida que, por mucho, tendría una tez muy pálida y una temperatura baja.
Sin embargo, cuando los policías entraron se toparon con una escena escalofriante: el cadáver de Fletcher tendido estaba en un sofá, semidesnudo y, de tanto tiempo que había permanecido allí, se había formado una grieta. Estaba cubierta por sus propias heces fecales y orina; los gusanos se estaban comiendo los restos de su piel y órganos, los cuales tenían picaduras de zancudo y úlceras graves.
El caso fue determinado como un homicidio por el médico forense Ewell Dewitt Bickham, del condado de East Feliciana, quien se mostró bastante aterrado por lo ocurrido. ¿Los responsables? Los padres de la joven y su negligencia.
"He visto algunas cosas horribles en mi vida, pero nada como esto. Los padres estaban en la cocina. No tenían una explicación. No pude comer durante una semana y lloré también durante una semana" señaló Dewitt en el medio 'The Mirror'.
¿Qué sucedió?
En el momento que las autoridades llegaron al hogar, los padres no supieron explicar qué había ocurrido. Los dos permanecían en la cocina, el padre estaba completamente pasmado y sin emociones, mientras que la madre inclinaba su cabeza entre sus piernas y a penas sollozaba.
Steven Moore, el abogado de la pareja argumentó que ellos habían pasado "por muchos dolores de cabeza a lo largo de los años. Cualquiera que haya perdido a un hijo sabe lo que es" y que no querían "revivir el dolor de perder a un hijo a través de los medios".
Por su parte, el médico forense no podía creer lo que había sucedido: "He visto algunas cosas horribles en mi vida, pero nada como esto. Los padres estaban en la cocina. No tenían una explicación. No pude comer durante una semana y lloré también durante una semana".
El argumento que dio la pareja mediante su defensa fue que Lacey se sentaba a diario en ese sofá, hacía sus necesidades allí y su madre la limpiaba con una toalla. Por eso el mueble estaba cubierto de heces y orina.
Por otro lado, el fiscal encargado del caso, Sam D'Aquilla, aseguró que un día del año 2011 o 2012, la joven no quiso salir de su hogar, por lo que sus progenitores la dejaron en el sofá y nunca la cuestionaron ni la movieron de allí. Las razones aún no están claras.
"No tratamos así ni a los animales, ni siquiera los descuidamos de esa manera. Si tenemos una mascota en ese estado, la llevamos al veterinario. Si no se es capaz de proporcionarle la atención necesaria, hay que buscar ayuda. Si uno es el cuidador de alguien, debe prestar atención", afirmó D'Aquilla.
Los padres de la víctima fueron enviados a prisión bajo una condena por asesinato en segundo grado y una "negligencia médica aguda". El fiscal señala que tuvieron la clara intención de matar a su hija.