Los petristas tuvieron una inesperada noticia respecto del discurso de 40 minutos que el presidente Petro pronunció el pasado 23 de septiembre en la Asamblea General de la ONU: esperaban una intervención colmada de ideas geniales y sorprendentes para el mundo, al estilo Da Vinci, Edison, M. Curie, Tesla, y no un discurso elaborado con altas dosis de rencor y desvaríos. Las huestes y nuestras fuentes (imaginarias) en la Casa de Narizño estaban súper-felices porque su ídolo no solo es el presidente más inteligente que ha habido en Colombia, sino el político más genial de América en los últimos 500 años, y nos habían asegurado que se luciría ante el mundo con "ideas extraordinarias, totalmente colombianas para la felicidad de todos los pueblos”.
Era como si Petro se hubiera propuesto desmentir a Louis Pauwels, autor de "El retorno de los brujos", quien escribiera: “La historia no ha conservado su nombre, y es una lástima. Era director del Patent Office, de Estados Unidos, cuando en 1875 renunció ante el Secretario de Estado para el Comercio. ¿Por qué continuar?, venía a decir. Ya no queda nada para inventar”. ¿Nada para inventar? Los idólatras petristas creían que su líder iba a lucirse en la ONU con ideas o propuestas como las siguientes:
▪ Un procedimiento en el cerebro de los bebés que los deje habilitados para hablar y entender cuatro idiomas humanos desde la misma cuna ▪ Un sistema, de base química, para acelerar o retrasar el crecimiento corporal de cada habitante de nuestro planeta, lo que tendrá un beneficio enorme para la economía popular ▪ Establecer el hipnotismo como asignatura obligatoria para utilizarla en la educación y las relaciones interpersonales ▪ Una pastilla que nos permita conocer en qué está pensando alguien que se halle a poca distancia de nosotros ▪ Un modelo de bicicleta gratis, movida por energía nuclear, para que el pueblo, sin pagar un centavo, ascienda al cosmos y aprecie su belleza infinita
▪ Un teléfono individual para que los pobres entablen relaciones intergalácticas ▪ Crear electrodomésticos que funcionen con base en la energía personal, lo que rebajará dramáticamente los costos populares ▪ Abrir en el espacio sideral sucursales de las universidades terrestres desde las cuales los seres de otros mundos estudien mejor el nuestro ▪ Por último, me ofrezco para comandar a los pueblos en la primera excursión democrática por el espacio, que haremos con ayuda de algunas de las ideas expuestas y otras (tengo experiencia como comandante: del M-19, antes, y ahora de las fuerzas desarmadas de mi país).
¿Qué estarían pensando, desde la eternidad, los otros genios, los reales de la historia, tras conocer las asombrosas ideas que los petristas esperaban del nuevo Tesla? Aunque Petro no dijo nada de ello en la ONU, para próximas ocasiones muchos le recordaremos lo afirmado por el autor norteamericano Zig Ziglar: “Encienda el cerebro antes de poner en movimiento la boca”.
INFLEXIÓN. Es que “es muy difícil hacer predicciones, sobre todo cuando se trata del futuro”, según dijera Yogi Berra, beisbolista estadounidense... Jeje.