
Otty Patiño sigue firme en su cargo como Alto Comisionado para la Paz, a pesar de enfrentar una compleja situación de salud. El funcionario, figura clave en la apuesta de paz total del presidente Gustavo Petro, afirmó que no contempla dejar su cargo y que continúa con sus labores en medio de su proceso de recuperación.
Durante una entrevista concedida a Caracol Radio el 3 de julio de 2025, Patiño compartió detalles sobre su estado físico y su compromiso con los diálogos de paz. El alto comisionado reveló que sufrió un accidente aparentemente menor, pero que derivó en una serie de intervenciones médicas complejas, incluyendo la perforación del cráneo en dos ocasiones.
“Me estoy recuperando. He tenido operaciones. Me perforaron dos veces el cráneo. Afortunadamente, la lesión no llegó al cerebro, pero sí afectó las meninges”, explicó.
El accidente ocurrió cuando se golpeó la cabeza al subir a una camioneta, un hecho que inicialmente minimizó, pero que se agravó tras la aparición de un hematoma considerable. Un TAC y una posterior resonancia magnética confirmaron la presencia de dos hematomas intracraneales que obligaron a realizar dos procedimientos quirúrgicos.
Recuperación y continuidad en el cargo
A pesar de las dificultades físicas, Otty Patiño aclaró que ya ha comenzado a retomar, de forma paulatina, sus actividades como alto comisionado. Señaló que aún no se encuentra en óptimas condiciones, pero descartó de plano su renuncia.
“No, hasta ahora no he pensado en eso. Tampoco el presidente me ha manifestado algún aspecto sobre este tema. Desde luego siempre hay rumores. De todas maneras, no es cierto”, subrayó.
Estas declaraciones desmienten versiones que circulaban sobre una posible salida de Patiño del cargo, lo que podría haber generado tensiones dentro de la estrategia de paz total liderada por el Gobierno Nacional.
Otty Patiño y su papel en la paz total
Designado por el presidente Petro como Alto Comisionado para la Paz, Patiño ha sido una de las figuras más visibles del Ejecutivo en la promoción del proyecto de paz total, una política ambiciosa que busca desarticular múltiples grupos armados y criminales a través del diálogo, la negociación y la justicia restaurativa.
Uno de los episodios más polémicos que ha enfrentado durante su gestión es el nombramiento del exjefe paramilitar Salvatore Mancuso como gestor de paz. Si bien este movimiento fue respaldado por la Casa de Nariño, ha generado tensiones dentro del equipo negociador y entre distintas delegaciones del gobierno.
“A raíz del nombramiento de Mancuso como gestor de paz, algunos de sus amigos pensaron que podían construir un gran liderazgo de paz y empezaron a inmiscuirse en asuntos que ya están siendo atendidos por otras delegaciones”, explicó Patiño.
El alto comisionado fue enfático en aclarar que el rol de gestor de paz no debe entenderse como un privilegio, sino como una responsabilidad centrada en la verdad, la recuperación de bienes y la reparación de víctimas. Según Patiño, Mancuso parece haber tenido expectativas más ambiciosas sobre su figura pública dentro del proceso.
“Esa fantasía de convertirse en un gran gestor de la paz se le ha ido cayendo”, dijo, añadiendo que Mancuso aún puede aportar al proceso si se enfoca en cumplir con sus obligaciones judiciales y éticas.
¿Qué viene para el proceso de paz?
Con un panorama complejo, pero sin señales de abandono, Patiño sigue al frente de una de las tareas más desafiantes del actual gobierno. Su continuidad al mando del alto comisionado es vista como una señal de estabilidad y compromiso del Ejecutivo con la paz total, en momentos en que varias mesas de diálogo, como las del ELN y grupos disidentes de las FARC, atraviesan fases críticas.
El proceso de recuperación de Patiño y su decisión de mantenerse activo refuerzan la narrativa de un gobierno que insiste en el diálogo como salida al conflicto armado, incluso en medio de desafíos personales y políticos.