Hace muchos años, tuve la oportunidad de leer varios cuentos contenidos en el Matnawi obra básica de Rumí poeta y sabio del siglo XIII fundador de la orden de los Derviches Giróvagos. La inspiración de Rumí, fue una especie de rompecabezas que contenía historias bíblicas, versículos del Corán, cuentos budistas y relatos de la vida diaria.
Todas estas piezas unidas motivaron a este místico a escribir sus metáforas, las cuales reflejaban la superficialidad del hombre, sus alegrías y desengaños, su soberbia y ambiciones, la mentira y la verdad, así como también la madurez e inmadurez de sus decisiones, y por supuesto las complejas profundidades de la psique humana.
Por esta razón, en algunas de mis terapias grupales empleo los cuentos sufíes y sus efectos son extraordinarios, pues su contenido humorístico y a la vez trascendental, hace que la información sea recibida por el cerebro de una forma integral siendo entendida desde el lóbulo cerebral izquierdo (lógica) y el lóbulo cerebral derecho (creatividad), produciendo un cambio en la percepción de sí mismo, de su entorno y de la forma de ver los problemas que me consultan.
En este artículo, he querido reflejar tres grandes temas que influyen actualmente en nuestro país tales como: los diálogos de paz, la Fiscalía General de la Nación y la desconfianza innata en el colombiano. Las enseñanzas y conclusiones de estas lecciones de vida, serán procesadas e interpretadas por cada uno de ustedes según la situación física, emocional y mental en que se encuentren en el presente, por lo tanto les sugiero no hacer caso a mis sugerencias.
(*) 1. Cuento sufí para los diálogos de paz en Colombia.
``Cuentan que lo único que cierto sabio sufí dejó en herencia a sus cinco discípulos fue una hermosa alfombra de oración cuadrada. Cuando hubo pasado el duelo por la muerte de su maestro, los discípulos decidieron separarse. Cada uno quería quedarse con una parte de la alfombra como recuerdo, pero no sabían cómo dividirla.
Discurrieron durante largo tiempo para encontrar la solución. No les gustaba la idea de partirla en cinco bandas. Ellos preferían dividirla en cinco pedazos cuadrados ya que de esa forma podrían honrar mejor las enseñanzas de su maestro. Sin embargo, a ninguno de ellos se le ocurrió una solución aceptable, de modo que continuaron juntos, y juntos siguieron orando en la alfombra.``
En este relato notamos que gracias a la sabiduría del maestro, lo que parecía inicialmente una división a la postre mantuvo a todos los herederos orando juntos dentro de la alfombra sin dañarla. Qué interesante sería que los actores del conflicto armando en Colombia, en vez de estar pensando en dividir el país lograran solidificarlo efectivamente mirando hacia la misma dirección.
2. Cuento sufí para la Fiscalía General de la Nación.
``Cuenta la historia que un hombre estaba diciendo a sus amigos en una casa de té: 
-He prestado a alguien una moneda de plata, y no tengo testigos de esta acción. Me preocupa ahora que niegue haber recibidoalguna vez algo de mi.
Los amigos le compadecían, pero un sufí que estaba sentado en una esquina levantó la cabeza de entre sus rodillas, miró fijamente al grupo de amigos y dijo:
-Invitale y mencionale en una conversación delante de estas personas que le prestaste veinte monedas de oro.
-¡Pero yo sólo le preste una moneda!
-Eso es exactamente lo que gritará – replicó el sufí – y todo el mundo lo oirá. Tù querías testigos, ¿no es verdad? ``
La justicia debe permanecer siempre sobria desde el sentido común. Muchas veces los procesos judiciales se complican por exceso de testigos, bastando en ocasiones una sola pista de un verdadero testigo para desenredar la investigación en curso.
3. Cuento sufí para la desconfianza en la sociedad colombiana.
`` Un beduino, que avanzaba sentado sobre un camello que cargaba con dos sacos, se encontró un hombre, que prosiguió el viaje con él y le preguntó:
-¿Qué lleva tu camello?
-En un lado, un saco lleno de maíz – contestó el beduino -, y en el otro lado un saco lleno de arena.
-¿Por qué?
-Para equilibrar mejor la carga.
-Sería mejor repartir el maíz entre los dos sacos – observó el hombre -. De ese modo, la carga de tu camello sería menos pesada.
Al beduino le sorprendió la inteligencia de aquel concejo.
-¡Pero si tienes razón! ¡Tienes toda la razón del mundo! Tu pensamiento es sutil. ¡Sube a mi camello, ven!
El hombre se subió al camello. Y el beduino le preguntó, intrigado:
-¿Quién eres? Un hombre inteligente como tú tiene que ser … ¿sultán, visir?
-No, no soy nada.
-Pero ¿eres rico?
-No. Mira mis ropas.
-¿Qué clase de comercio realizas? ¿Dónde está tu casa, tu tienda?
-No tengo ni tienda ni casa.
-¿Y tus camellos? ¿Y tus vacas?
-No los tengo.
-Pero entonces, con una inteligencia como la tuya, ¿qué tienes?
-No tengo nada,pero sin tenerlo soy feliz y libre. Nada me ata ni a nada me ato.
-¡Baja de mi camello!- gritó el beduino -. ¡Aléjate! ¡Llévate lejos de mí tu peligrosa inteligencia, porque mi idiotez es sagrada!
Los dos hombres se separaron para siempre y el beduino continuó su camino, con un saco de maíz en un lado y un saco de arena en el otro lado. Mientras el otro hombre no se le borraba su sonrisa de satisfacción.``
Tristemente cuando una persona así sea inteligente no tiene dinero, posesiones materiales, influencias, fama o status social, lo desechamos como cualquier objeto cuando no nos es útil, perdiendo la oportunidad de resolver los problemas que tenemos, por no mirar más allá de las apariencias y conveniencias propias.
* Cuentos Sufis la filosofía de lo simple: Omar Kurdi y Pedro Palao Pons. Colección Sabiduría Ancestral. Argentina 2006.
@armandomarti1 – Miembro de la SIP y Miembro de la ACP
``Cuentan que lo único que cierto sabio sufí dejó en herencia a sus cinco discípulos fue una hermosa alfombra de oración cuadrada. Cuando hubo pasado el duelo por la muerte de su maestro, los discípulos decidieron separarse. Cada uno quería quedarse con una parte de la alfombra como recuerdo, pero no sabían cómo dividirla.
Discurrieron durante largo tiempo para encontrar la solución. No les gustaba la idea de partirla en cinco bandas. Ellos preferían dividirla en cinco pedazos cuadrados ya que de esa forma podrían honrar mejor las enseñanzas de su maestro. Sin embargo, a ninguno de ellos se le ocurrió una solución aceptable, de modo que continuaron juntos, y juntos siguieron orando en la alfombra.``
En este relato notamos que gracias a la sabiduría del maestro, lo que parecía inicialmente una división a la postre mantuvo a todos los herederos orando juntos dentro de la alfombra sin dañarla. Qué interesante sería que los actores del conflicto armando en Colombia, en vez de estar pensando en dividir el país lograran solidificarlo efectivamente mirando hacia la misma dirección.
2. Cuento sufí para la Fiscalía General de la Nación.
``Cuenta la historia que un hombre estaba diciendo a sus amigos en una casa de té: 
-He prestado a alguien una moneda de plata, y no tengo testigos de esta acción. Me preocupa ahora que niegue haber recibidoalguna vez algo de mi.
Los amigos le compadecían, pero un sufí que estaba sentado en una esquina levantó la cabeza de entre sus rodillas, miró fijamente al grupo de amigos y dijo:
-Invitale y mencionale en una conversación delante de estas personas que le prestaste veinte monedas de oro.
-¡Pero yo sólo le preste una moneda!
-Eso es exactamente lo que gritará – replicó el sufí – y todo el mundo lo oirá. Tù querías testigos, ¿no es verdad? ``
La justicia debe permanecer siempre sobria desde el sentido común. Muchas veces los procesos judiciales se complican por exceso de testigos, bastando en ocasiones una sola pista de un verdadero testigo para desenredar la investigación en curso.
3. Cuento sufí para la desconfianza en la sociedad colombiana.
`` Un beduino, que avanzaba sentado sobre un camello que cargaba con dos sacos, se encontró un hombre, que prosiguió el viaje con él y le preguntó:
-¿Qué lleva tu camello?
-En un lado, un saco lleno de maíz – contestó el beduino -, y en el otro lado un saco lleno de arena.
-¿Por qué?
-Para equilibrar mejor la carga.
-Sería mejor repartir el maíz entre los dos sacos – observó el hombre -. De ese modo, la carga de tu camello sería menos pesada.
Al beduino le sorprendió la inteligencia de aquel concejo.
-¡Pero si tienes razón! ¡Tienes toda la razón del mundo! Tu pensamiento es sutil. ¡Sube a mi camello, ven!
El hombre se subió al camello. Y el beduino le preguntó, intrigado:
-¿Quién eres? Un hombre inteligente como tú tiene que ser … ¿sultán, visir?
-No, no soy nada.
-Pero ¿eres rico?
-No. Mira mis ropas.
-¿Qué clase de comercio realizas? ¿Dónde está tu casa, tu tienda?
-No tengo ni tienda ni casa.
-¿Y tus camellos? ¿Y tus vacas?
-No los tengo.
-Pero entonces, con una inteligencia como la tuya, ¿qué tienes?
-No tengo nada,pero sin tenerlo soy feliz y libre. Nada me ata ni a nada me ato.
-¡Baja de mi camello!- gritó el beduino -. ¡Aléjate! ¡Llévate lejos de mí tu peligrosa inteligencia, porque mi idiotez es sagrada!
Los dos hombres se separaron para siempre y el beduino continuó su camino, con un saco de maíz en un lado y un saco de arena en el otro lado. Mientras el otro hombre no se le borraba su sonrisa de satisfacción.``
Tristemente cuando una persona así sea inteligente no tiene dinero, posesiones materiales, influencias, fama o status social, lo desechamos como cualquier objeto cuando no nos es útil, perdiendo la oportunidad de resolver los problemas que tenemos, por no mirar más allá de las apariencias y conveniencias propias.
* Cuentos Sufis la filosofía de lo simple: Omar Kurdi y Pedro Palao Pons. Colección Sabiduría Ancestral. Argentina 2006.
@armandomarti1 – Miembro de la SIP y Miembro de la ACP 
