Cuando el gran Sir Alex Ferguson se retiró, al final de la temporada pasada, tuve gran expectativa porque se cerraba una era dorada del Manchester United. El técnico que lo ganó todo fue aquel que me hizo vibrar por los "Reds" más que por el Arsenal de Seaman, Bergkamp y Henry, o el Liverpool de Gerard, o incluso el Chelsea de Lampard en sus mejores días. Ver jugar al Manchester United era un verdadero placer para los que apreciamos el arte del buen fútbol.
Pero llegó la hora de cerrar un ciclo, y los ojos se volcaron sobre el sucesor esperado del gran rey de reyes. Y apareció entonces el nombre de otro escocés, técnico del Everton -siempre difícil rival para el Manchester de Ferguson-, pero que nunca logré entender bien por qué fue el elegido: se trataba de David Moyes.
Con muy pocos fichajes, respetando un esquema táctico y tratando de respetar el legado de su sucesor, Moyes tomó las riendas de uno de los equipos más importantes del Reino Unido, y de Europa, y los resultados han dejado mucho qué desear. Un poco más adelante de mitad de temporada marcha 7º en la tabla, habiendo cedido puntos importantes contra sus rivales directos; pierde en FA Cup, torneo en el que siempre se espera que los "Reds" superen, al menos, tercera ronda; en Champions League clasificó sin convencer mucho -al menos a mí-, y juega contra un modesto Olympiacos. Y, para completar, Sunderland ganó el primer round del duelo por semifinal de la Copa de la Liga, un torneo honroso pero poco llamativo al lado de la tradicional FA Cup.
Estos números han convertido al Manchester de Moyes en un avión fallando, que depende de la pericia de su piloto para salvar lo poco que se pueda en esta temporada. El Teatro de los Sueños se está convirtiendo en un templo de pesadillas, y parece que los once de Moyes deberían evitar jugar de locales. Y, para más profundidad en la crisis, ahora el equipo depende de los goles del "Chicharito" Hernández; si eso no es una situación de límite, no sé qué pueda serlo.
El Manchester, históricamente, no es un equipo que suela sacar a los técnicos en la primera temporada -de hecho no lo hace desde finales de los 60-. Además no creo que la solución esté en sacar a Moyes, o al menos no en esta temporada. Pero el escocés debería aprovechar esta temporada de fichajes de invierno para demostrar por qué merece ser el sucesor del gran Ferguson. En los fichajes que se hagan -a mi juicio necesita al menos un 9 de área, y un refuerzo en defensa- y la forma como adapte el esquema, radicará el éxito o la hecatombe de Moyes.
El equipo, y sobre todo los fanáticos, se merecen ver a un Manchester United que recupera el rumbo, y lucha con la garra que lo ha hecho grande. Vienen duros retos: Debe enfrentar a Swansea y Chelsea en la liga, y remontar el partido contra Sunderland por la Copa de Liga. De estos tres, dos son como locales. Es allí donde más debe ser sólida la resistencia. La casa de los "red devis" se respeta.
El Manchester de Moyes
Jue, 30/01/2014 - 10:05
Cuando el gran Sir Alex Ferguson se retiró, al final de la temporada pasada, tuve gran expectativa porque se cerraba una era dorada del Manchester United. El técnico que lo ganó todo fue aquel que