Cuando la confusión es confusa

Sáb, 20/01/2018 - 23:31
Como una nube invasiva, dentro del recipiente que se llama cabeza, con consistencia difusa, que aturde aunque no pesa, se siente como una carga la confusión completa. Larga como un camino sinfín o d
Como una nube invasiva, dentro del recipiente que se llama cabeza, con consistencia difusa, que aturde aunque no pesa, se siente como una carga la confusión completa. Larga como un camino sinfín o de segundos como un rayo en una tormenta, así también puede parecer la confusión. No importa cómo sea ni de quién sea, después de alguna causa puede que se vea. La confusión puede ser tan difusa que aunque se vea o se sienta, algunas veces, no se identifica, no se ve, confunde y no se entiende. La confusión irrita o en ocasiones asusta, nubla la claridad, afecta la seguridad, interfiere en las decisiones y puede entorpecer las acciones. Confusión o aturdimiento pueden ser un desorden completo y al mirar detenidamente, situaciones invasivas externas, novedosas o recurrentes que generen impotencia. Se pueden interpretar como confusión, siendo aturdimiento. Rara vez se enseña a los niños a conocer e identificar la confusión o el aturdimiento, menos aún se conocen sus sentimientos, y al manifestarlos con acciones, el adulto sin saber puede castigar juzgar o imponer, en vez de reflexionar y enseñar. Esta es una de las razones por las cuales lo que se cree que es confusión no es confusión. Hay personas que después de narrar, analizar, concluir su situación con claridad y lujo de detalles. Por 15 minutos, media hora o más, terminan diciendo “estoy confundido” . La realidad es que “la confusión no es confusa”, la persona está más clara de lo que cree. Cuando lo que se ve con claridad duele o es difícil, hay un lapso en proceso del duelo, en el que no se quiere creer lo que se ve o se evita y es una de las causas que ocasiona que se crea que hay confusión cuando realmente no la hay. Lo que hay es una mezcla de sentimientos que desde la infancia no se han enseñado a identificar ni a manejar. Para dejar de creer que “hay confusión cuando no la hay”, tanto niños como adultos pueden aprender y fortalecer la identificación y manejo de los sentimientos. De tal forma que la claridad y destrezas , permitan identificar: “Cuando, la confusión no es confusión y deje de ser confusa”. Y recordar que es un estado emocional, para el cual hay solución . “Aprender y enseñar sobre las emociones, su identificación y manejo, es una de las múltiples formas para mejorar la relación consigo mismo y con los demás, en pro de decisiones positivas y de una convivencia sana". felicidadessalud@gmail.com
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