Estuve el pasado miércoles en la clausura del Congreso de la Sociedad de Agricultores de Colombia -SAC- y les cuento que veo al Presidente Juan Manuel Santos y al Ministro de Agricultura Rubén Darío Lizaralde, mal orientados en las estrategias planteadas para superar la crisis del agro.
Hay que reconocer que este Gobierno ha sido el que más recursos ha invertido en el campo, pero también es cierto que ha sido el Gobierno que peor los ha invertido. Los 230.000 millones de pesos que distribuyó el exministro Juan Camilo Restrepo el año pasado a varios alcaldes para que prestaran asistencia técnica a campesinos y los millones que se gastaron en la compra de las papas en Boyacá (para atajar un paro) son un claro ejemplo del despilfarro de estos dineros públicos y una señal equivocada en la política agropecuaria.
La desorientación en el equipo de Gobierno es tan grave, que ahora le han sugerido al Presidente que envíe un mensaje de urgencia al Congreso de la República para que apresure el tramite de un proyecto de ley para superar los cuellos de botellas y los peajes que el Ministerio de Agricultura, Finagro y el Banco Agrario imponen a los productores del campo. Con todo respeto Señor Presidente, para cumplirle a los olvidados campesinos del país no se necesitan mas leyes, solo requerimos que se cumplan las vigentes, se eliminen trámites inútiles de acceso al crédito y a los incentivos de ayuda, se instituyan nuevos productos financieros, se nombren funcionarios idóneos y se ejecuten eficazmente los presupuestos de inversión.
Todas las propuestas (excepto la compra de cartera agropecuaria) del proyecto de ley en trámite, se pueden implementar sin ir al Congreso. Veamos como:
Para fomentar el microcrédito en el sector agropecuario no se necesita crear un Fondo de Microfinanzas, solo se requiere que el Gobierno Nacional a través de la Comisión Nacional de Crédito Agropecuario autorice que los recursos de inversión forzosa en Títulos de Desarrollo Agropecuario –TDA- Clase “A” que suman alrededor de $ 2.5 billones al año, puedan ser sustituidos por la entidades financieras a través de microcréditos a tasas competitivas. Con esta medida se incrementa la cobertura y se reduce la tasa de interés de los microcréditos en mas de 15 puntos. El promedio hoy, es de DTF+30% (EA).
En cuanto a la agilización de los créditos de Finagro, pensaría que lo que está haciendo falta es la creación de nuevos productos financieros para el agro. Urge crear una línea Factoring que le permita a los pequeños y medianos productores obtener efectivo ligero para cubrir sus necesidades de capital de trabajo. Una línea de crédito en dólares para los sectores agroexportadores seria de mucha ayuda para los productores de flores, banano, café y frutas.
Para fomentar el crédito redescontado por Finagro, es procedente ampliar el portafolio de modalidades en tasas de interés (por ejemplo a IPC y moneda extranjera) y establecer las tasas de redescuentos de acuerdo a los plazos de los créditos. Ellos bajaría ostensiblemente la tasa de interés al campesino.
En cuanto a la cartera siniestrada de pequeños y medianos productores, es conveniente implementar un mecanismo de amnistía crediticia por siniestralidad climática y fitosanitaria. El Gobierno compra el 80% del total de la cartera y los campesinos asumen el 20% restante. Por último, debe exonerarse del GMF (4x1.000) los desembolsos de los créditos de fomento al agro, tal como ocurre con los desembolsos de créditos para compra de vehículos y vivienda.
Cuando las cosas no están saliendo bien, es mejor cambiar de estrategia. Como van las vainas, de la locomotora no va a quedar ni el humo.
@indadangond
Desorientados
Lun, 11/11/2013 - 16:55
Estuve el pasado miércoles en la clausura del Congreso de la Sociedad de Agricultores de Colombia -SAC- y les cuento que veo al Presidente Juan Manuel Santos y al Ministro de Agricultura Rubén Darí