Un diciembre en Valledupar
Y parranda el alma me pide
Como voy para patillal
Quiero es parrandear con Munive
Este y otros versos quiero cantar en Guacoche, La Mina, Atanque, Patillal o Chemesquemena pero en el patio de una de las casas de Vicente “Chente” Munive Rondón, quiero verlo “banquetiao” tocar su acordeón y que me cante su más reciente merengue, que me haga esos versos de cuatro palabras en los que la rima es precisa, me cuente las anécdotas de tantas correrías a lomo de su burro, mientras una de sus mujeres prepara un suculento sancocho de gallina en un fogón de leña.
Eso he soñando en estos días y me dije: ese será el regalo que le voy a pedir al niño Dios, por eso he decidido después de más de veinte años, regresar al Festival Tierra de Compositores de Patillal, Cesar, en el que será homenajeado el Pulmón de Oro de América, Tomás Alfonso Zuleta Díaz del 23 al 25 de Diciembre.
Es decir, quiero matar dos pájaros con una piedra porque me voy con anticipación para poder buscar de pueblo en pueblo al viejo “Chente” Munive, pero esta vez llegaré primero a Guacoche porque no quiero que me ocurra lo de hace dos años que me fui a buscarlo en La Mina y luego me tocó regresarme, ya que él estaba donde “La Negra”, como cariñosamente llama a la mujer que tiene en Goacoche y con la que convive hace más de quince años.
Ese es el hombre con el que quiero tomarme unos tragos, al que quiero escucharle sus cantos, con el que deseo parrandear y escuchar sus cuentos y ocurrencias, porque creo que es de lo poquito que nos queda en juglaría realmente auténtica; como una vez me dijo Tomás Darío Gutiérrez, ese es el último Juglar.
Ustedes entenderán que los días se hacen meses cuando se acerca diciembre y uno, que vive en Bogotá, tiene viaje para su tierra; pero cuando tiene planes como los míos, los minutos se hacen horas y las horas se hacen días; llevo varios noches soñando con esa parranda en la casa de “Chente” y aspiro a llevármelo para Patillal y amanecer parrandeando con él el 24: ese será mi mejor regalo de Navidad en toda la vida.
Si nos quedamos parrandeando en su casa de La Mina, allá debe estar la señora Carmen Lúquez, la que durante más de treinta años le ha soportado esa vida de juglar (Mujeriego, Parrandero y Andariego), pero también se ha hecho merecedora de ser musa de la mayoría de sus canciones, en el patio de esa casa que más bien parece un potrero, “Chente” ordeñará una de sus vacas y podremos en la madrugada tomar calostro con Old Parr; no se si haga daño, pero será una nueva experiencia; me sentiré muy feliz cuando Munive le cante a su mujer:
El que viere a esa mujer cuando esta de buenas,
Tan alegre y complaciente, qué bien me trata.
Pero cuando está celosa esa es una fiera
Parece el mismo demonio el que está en la casa.
Como no come ni duerme se pone flaca
Y a mi esa cosa me duele solo por ella
No te mortifiques
que él vuelve a la casa;
déjalo que brinque,
que algún día se cansa.
Si encuentro a “Chente” en Goacoche parrandearemos en la enramada tupida que tiene al frente de su casa y será a “La Negra” a quien le cantará la canción que le grabó Diomedes y con la que se la conquistó:
Ay, si superas lo orgulloso que me encuentro
al comprobar que yo soy tuyo y tú eres mía.
La ventaja es que hoy sí llevas garantía
porque nunca había sentío lo que ahora siento.
Yo no soy como el marido que tenías
que te daba solo pena y sufrimiento.
Claro que Munive también tiene vacas, cerdos, chivos y gallinas en Guacoche y me consta que “La Negra” cocina delicioso, por eso no dudo del sancocho; ojalá que le lleven un ejemplar de El Pilón para que se entere de mis pretensiones y vaya escogiendo el animal, porque si Dios quiere la parranda será de dos días.
Munive, te prometo que esta vez no llevaré grabadoras, ni cámaras, para que el asunto sea más natural y no estemos pendientes de pendejadas, sino que nos dediquemos a lo que tú mejor sabes hacer y yo a recibir el aguinaldo que muchos de mis lectores desearían.
Con dolor en el alma terminaremos esa parranda y me despediré con un verso que puede decir así:
Ya me despido cantando
de Munive y sus amigos;
dejo a “Chente” parrandeando.
Ya mi sueño esta cumplido
COLOFÓN: Quiero compartir con ustedes un correo electrónico que recibí recientemente: “Yo soy HERNANDO GONZÁLEZ, autor y compositor de Sayco desde hace 30 años y como no he tenido para pagar PAYOLA, me tienen degradado a SOCIO AFILIADO y mi música solo suena en varias páginas de internet. Soy como muchos un buen compositor. A mis 60 años de edad estoy muriendo por culpa de ese cáncer denominado PAYOLA.”
¿Dónde encontraré a “Chente” Munive?
Sáb, 03/12/2011 - 09:01
Un diciembre en Valledupar
Y parranda el alma me pide
Como voy para patillal
Quiero es parrandear con Munive
Este y otros versos quiero cantar
Y parranda el alma me pide
Como voy para patillal
Quiero es parrandear con Munive
Este y otros versos quiero cantar