Frente al desarrollo del escandaloso cartel de la contratación en Bogotá, cabe preguntarse si el hecho de que el personero distrital haya pasado “de agache” es puramente casual. Respecto de este interrogante se han fraguado varias hipótesis, entre ellas una que hunde a los Moreno, según la cual sería necesario un personero “de bolsillo” para poder fraguar la máquina trituradora del erario público y entrar a “billetear” al contralor distrital, y de esta forma cerrar el circulo de la escabrosa captura del control en Bogotá como lo demostró la Procuraduría en su reciente fallo.
El personero de Bogotá, el ex constituyente y ex senador Francisco Rojas Birry, como miembro del Polo Democrático, salido de la campaña de Samuel Moreno a la Alcaldía de Bogotá, resultó con la venia de un Concejo arrodillado y complaciente al frente del ente de control distrital que maneja cientos de funcionarios y miles de millones de pesos en presupuesto que estarían así confinados prácticamente a “no-vigilar” a la administración distrital.
Si se recuerda este personero-reo fue quien primero enredó a los Moreno por los señalamientos del escándalo de las pirámides, que lo pusieron en la picota pública por presuntamente haber recibido dineros para la campaña de Samuel Moreno a la Alcaldía, en reuniones de las cuales en alguna ocasión, según las denuncias, habría participado “la capitana”, las cuales ella niega.
Al confundirse el control disciplinario con la afinidad o mejor deuda política entre los Moreno y el personero de Bogotá, siendo este así un personero “de bolsillo”, las comisiones directas o “mordidas” se dirigirían a la captura del otro órgano de control distrital, la Contraloría, luego Moralesrussi sería quien haría falta en la repartija, y quien entraría a ponerle precio a su silencio cómplice.
Así las cosas no habría que comprar lo que ya hacia parte de un fortín y de un partido, y más cuando de antemano el propio personero de Bogotá ya estaba contra las cuerdas de la Fiscalía, a la que curiosamente le ha quedado grande hacer producir un fallo judicial ejemplarizante respecto del personero, en que se dirimiera la continuidad o no del mismo. Uno se pregunta ¿dónde está la Procuraduría para contribuir a una pronta decisión por parte de la justicia que lleva casi cuatro años posponiendo lo in-posponible? porque a lo único que le juega el personero es a terminar su cargo, pues creemos va a ser condenado…pero después de dejar la Personería como ocurrió con éxito con el contralor distrital que precedió a Moralesrussi…
Rojas Birry había sido sancionado por la Procuraduría, antes de ser personero, por los nombramientos perversos en la Contraloría General…y ahora le gana el juego a la justicia y a los órganos de control manteniéndose en un cargo que ni merece el y mucho menos la ciudad…
Sintomáticamente queda claro que cuatro meses nos bastaron para demoler a Moralesrussi, pero cuatro años no alcanzaron para sancionar a un personero “de bolsillo”… en el período más turbio y la crisis más profunda de los órganos de control en Bogotá…y lo peor, aquí hay una corresponsabilidad entre otros del propio Concejo de la ciudad que les eligió o mejor se les doblegó…