A muchos les sonó la idea del Pibe Valderrama de hacer un ‘picado’ de fútbol por la paz, lo que para los medios colombianos sería un gran bocado mediático. ¿Pero se imagina usted semejante circo? ¿Se imagina a Iván Márquez fusilando al "Chicho" Serna con un disparo de media distancia?
Nos debería preocupar ese show, de verdad, porque es la posible celebración de otro golazo de la guerrilla en contra de los colombianos. Por eso es que antes de que Juan Manuel Santos diga que sí a la iniciativa del "Mono" (Valderrama, no Jojoy), hay que advertirle varias cosas.
Es posible que las FARC pongan en el arco a Jesús Santrich ya que su visión de la cancha, como de la vida, no tiene igual. “Las FARC no secuestran”, llegó a decir alguna vez. Y es que esta batalla, así no sea en la selva, sería muy dura sobre la grama. En el tal ‘picado’ por la paz Colombia debería cuidarse de pisar el área contraria, pues nada asegura que los guerrilleros no vayan a sembrar minas antipersonales para evitar una goleada.
El Pibe también debería advertir del peligro de los balazos de media y larga distancia que el rival ha usado en contiendas anteriores. La guerrilla, lo sabemos todos, al ataque es muy peligrosa. Fusila al rival cada vez que tiene oportunidad. Y lo hace sin misericordia.
Y es que si ellos han lanzado cilindros con gas a poblaciones indefensas sería muy probable que llenaran también de bombazos el enfrentamiento, con la pelota y con sus declaraciones. La desconfianza absoluta de cada movimiento subversivo debería ser una premisa. Nada es inocente en su estrategia.
La ventaja para el Pibe Valderrama y su combo sería que los guerrilleros llevan un año en Cuba fumando habanos y bebiendo mojitos. Habría que aprovechar así su mal estado físico, sin desconocer que a lo largo de su historia han mostrado resistencia: llevan nada menos que seis décadas en pie de lucha, pateando balones, pateando cabezas degolladas.
Lo mínimo que podríamos exigir es que al frente de la transmisión no estuviera alguien tan de izquierda como Messi ni tan de derecha como Cristiano Ronaldo. Ningún fanático del micrófono como Antonio Casale con Millonarios. Piedad Córdoba no podría ser la comentarista del partido por decir algo. Necesitaríamos expertos capaces de distinguir entre un misil al arco y un tiro de gracia, entre pena máxima y la máxima pena, entre ejecutar una falta y ejecutar al rival. Y de esos no hay en Cuba en estos momentos.
Hay muchas otras cosas que se podrían pensar de la idea de jugar un ‘picado’ por la paz con las FARC. Por ejemplo, ¿habría un cubrimiento objetivo por parte de los periodistas? ¿Se escogería la figura de la cancha o, al menos, el jugador “superchévere”? ¿Tanja Nijmeijer sería la porrista de las FARC? ¿La guerrilla llamaría a algunos barras bravas para “meter presión”? ¿El “Cantante del gol” narraría el partido?
Fuera del mal humor, lo cierto es que un partido de fútbol por la paz puede sonar muy bonito, más si nace de un hombre como el Pibe Valderrama, pero estos no son momentos para jugar con las FARC, más cuando los diálogos de paz van tan lentos como el balón en la Liga de fútbol colombiana.
Este partido en realidad es una carnada. Las FARC quieren no solo choque en La Habana sino revancha en Santa Marta. Avispados como siempre, ya invitaron hasta a Maradona, que bien podría prestarse al circo como ya lo ha hizo con Chávez en Venezuela.
Si Colombia fuera sensata –nunca lo ha sido- no se prestaría a jugar un ‘picadito’ por la paz con una escuadra aún asesina. Sus miles de víctimas merecen, aunque sea, el mínimo respeto.
@javieraborda
El Pibe vs. las FARC: el circo de la paz
Jue, 05/12/2013 - 15:47
A muchos les sonó la idea del Pibe Valderrama de hacer un ‘picado’ de fútbol por la paz, lo que para los medios colombianos sería un gran bocado mediático. ¿Pero se imagina usted semejante ci