
Han pasado como 50 años desde que por primera vez escuché una canción del grupo de hermanos, The BeeGees. Impactó en el momento las letras un tanto extrañas y otras profundamente románticas. Las dulces voces, perfectamente acopladas tenían de respaldo una orquesta grande cuerdas y vientos que creaba un sonido poco común en el momento de la sicodelia y sonido progresivos. Mostraron una gran facilidad para escribir canciones, trabajando en diferentes géneros entre las baladas, las canciones progresivas, y lo más roquero. Lo que siempre los marcó fueron las voces altas, impecables y perfectas armonías que fueron su marca registrada. ¡Ah!, y ese ligero parecido vocal con The Beatles. Eso ayudaba. New York Mining Disaster 1941, To Love Somebody, Massachusetts y el inolvidable –para mi- Words. Una canción que dice “solo son palabras, pero palabras son todo lo que tengo para robarte el corazón…”, es perfecta.
Pasaron los años y los tres hermanos hicieron los clásicos de las música disco como Stayin’ Alive, Night Fever, que definitivamente los llevaron al Olimpo de la música. En los años 80 la racha siguió, con menos intensidad, pero encumbrados. Solo una enorme nube negra oscureció el panorama, cuando su hermano menor Andy muere a los 30 años de edad. Se perdió un talento que seguramente aún sin el apoyo de sus hermanos mayores habría triunfado.
En los años 80, the Bee Gees, se tomaron un sabático para explorar otros campos en la música. Escribieron canciones para otros artistas, y Barry produjo exitosísimo álbum Woman In Love para Barbra Streisand. Inclusive alcanzó a tener una canción en listas, Shine Shine. También comenzó a experimentar graves problemas de salud, provocados por una incapacitante artritis que, según alguna vez dijo, ni siquiera le permitía levantarse de la cama. Pasó por una delicada cirugía de la espalda, y hasta tuvo un sustico coronario.
En el nuevo milenio llegaron dos inesperados golpes más. Sus hermanos menores, los mellizos fallecieron. Maurice en 2003 de un problema cardíaco, a quien apenas unos meses antes entrevisté. Robin murió en 2012 de cáncer. Uno pensaría que hasta ahí llegaba el cuento, pues quién podría levantarse después de vivir estas situaciones. Pero no.
Barry se ha levantado y presenta un nuevo disco, In The Now. Su primer trabajo fonográfico en 32 años, y el primero en 15 años desde el último que hicieron the BeeGees.
Lo mejor es ver que no ha perdido el toque, la magia. Doce canciones que cuentan con el apoyo de sus hijos, Stephen y Ashley. Doce canciones que nos recuerdan que cosas como escribir bien, cantar bien, no se olvida con los años. In The Now es un disco muy actual, sin echar por la borda toda esa maravillosa experiencia y talento que se dejaba ver desde cuando vivían en Australia y tocaban en estadios a comienzos de los sesenta.
El álbum cuenta con el apoyo de sus hijos Stephen y Ashley y de un dedicado grupo de músicos que lo apoyaron ya que como él mismo dice “no sirvo para trabajar solo”. No usó instrumentos electrónicos, cuando suenan cuerdas, son violines, violas y cellos de verdad. Cuando se oyen vientos, son trompetas y saxos, no teclados.
La voz de Barry está en buen estado, pese a sus problemas provocados por la artritis, hoy casi superada, toca la guitarra y las canciones tienen el encanto de quien sabe de escribir, de quien tiene esa sensibilidad.
Obviamente para recomendar In The Now, reflexiones sobre el hoy, aquí y ahora; Star Crossed Lovers, para su esposa de 45 años, Linda; Blowin’ A Fuse deliciosamente rítmica y el tema de cierre, End Of The Rainbow que pone la piel de gallina… el recuerdo de sus hermanos fallecidos.
Re-bienvenido Barry Gibb, que deja atrás su dolor y depresión. Disco muy hermoso y anunciada gira de conciertos. ¿Tocará Colombia?