En boca cerrada si entran moscas

Mié, 24/10/2012 - 00:32
Con un desfile de discursos, propuestas, mensajes, exabruptos, telones sin fondo, sofismas, ardides ideológicos y estratagemas lingüísticas comienzan los diálogos sobre la agenda de l

Con un desfile de discursos, propuestas, mensajes, exabruptos, telones sin fondo, sofismas, ardides ideológicos y estratagemas lingüísticas comienzan los diálogos sobre la agenda de la presunta y bienvenida integración de las Farc a la vida civil y democrática colombiana. Los esperamos sin armas y sin dineros mal habidos, es decir, los esperamos como somos el 98% de los colombianos, que trabajamos, estudiamos y vivimos de manera común y corriente, que nos ganamos el pan con el sudor de la frente,  de la espalda o de la inteligencia.

La paz es un acto concreto y específico: aceptar un nuevo contrato social y político por medio del cual un grupo de personas que trataron de derrocar el  gobierno para cambiar las leyes y la constitución por medio de la violencia, por medio de las armas y de las bombas, por medio de las violaciones al DIH y por todos las formas de lucha, legales e ilegales, abandonan esa pretensión. Ese nuevo contrato político y social los compromete a cambiar el camuflado por la ropa de civiles que usamos ese 98% de los ciudadanos y dedicar el resto de sus vidas a ser buenos ciudadanos. En resumen, la paz es un acuerdo o tratado para abandonar la violencia y reconocer al Estado como único portador de las armas y legítimo aplicador de la justicia. El resto del camino ya no es la paz, sino sus consecuencias de vivir en la comunidad nacional mediante las reglas de la convivencia. Si se sigue llamando paz (en la hipótesis de que se logre el acuerdo) a lo que es la vida natural de la democracia con el respeto a los otros y a la ley, es una equivocación o una maniobra de mimetismo político y militar para continuar con la amenaza de romperla.

El acuerdo de paz está sometido a un debate previo, al diálogo entre las partes que han escogido el método de la negociación racional, es decir, de la mesa donde no caben la altisonancia, el histrionismo ni los petardos proposicionales para adelantarse, de manera mediática, a las conversaciones formales, lo que equivale a ponerle moscas en la boca cerrada de los negociadores del gobierno, los cuales han sido prudentes. Distinto  los “comandantes” que hacen ruido teatral y  funcionarios del Estado como el Fiscal Bocalegre de quien no sabíamos de su pasión ideológica y judicial por los pasajeros de la paz. Compite con Chávez desde dentro. En cambio el Presidente Santos en una corta y pesimista intervención abrió una polémica con alias  Iván Márquez sobre el tema de la tierra para exaltar la Ley de Víctimas y Restitución  de Tierras. Este hecho crea dos mesas o sitios de discusión, uno que lo encabeza Humberto de La Calle y otros externo que es el Presidente Santos, quien debiera reservarse para momentos críticos y decisorios. Al hacerlo le da más fuerza a las Farc y le concede estatus de contradictor a un terrorista que no está arrepentido ni desmovilizado. Esa trampa táctica expone al Presidente que no está sentado en Cuba, pero hace públicas sus debilidades en la discusión de la agenda.

La agenda es un documento que ya ha sido horadado por las declaraciones de una de las partes. En el fondo la agenda es un buen pretexto para sentarse a la mesa y dialogar. Si se puede negociar, se negocia. Pero el diálogo dirá si el diablo dejará de soplar fuego por la boca de los fusiles o ha reflexionado sobre hechos evidentes como la imposibilidad de llegar al poder por medios violentos, ver desaparecer a sus conmilitones por vejez o por las armas de la república, observar la deserción de muchos combatientes y estar convencidos de la insolvencia moral y política del estalinismo revolucionario. Insistir en que el mundo se divide entre los buenos comunistas y los malos capitalistas, los ungidos de la verdad proletaria marxista y los renegados de la libertad y el pluralismo, es insistir en una escuela de pensamiento escolástico de izquierda que sigue apoyándose en el odio de clase y el exterminio de sus contradictores. Y el gobierno colombiano tendrá  que convencernos de que esto no es ni seguirá siendo así. Como decían los jesuitas cuando no eran mamertos: “Vade retro Satanás”.
Más KienyKe
Carlos Mario Aguirre y Cristina Toro, la icónica dupla de El Águila Descalza, hablaron con KienyKe.com sobre ‘Clase mela’, una comedia que se presenta en el Teatro Astor Plaza de Bogotá.
En entrevista con KienyKe.com, Paola Turbay nos cuenta cómo fue la experiencia de participar en 'La venganza de Analía 2'.
El cantante Cris Valencia sorprendió al mostrarse tras sus cirugías y confirmar el cierre de un ciclo en su vida. ¿De qué se trata?
El evento reunió a líderes de la publicidad política en América Latina para analizar los retos actuales de las campañas presidenciales, en un escenario marcado por la inmediatez digital, la desinformación y la polarización.
Kien Opina