La hermosa tata Becerra se ha desesperado ante los ataques reiterados que recibe la viuda de Martín Elías y públicamente ha pedido que la dejen en paz, “que ella no se mete con ninguno de ustedes. Y si lo hace y responde comentarios es porque ya está cansada y busca la manera de defenderse”.
Tata, esposa del también cantante vallenato Peter Manjarrés, escribió en sus redes sociales:
-No hay un día desde que murió Martín que yo no me levante y acueste pensando en Dayana y me pongo a pensar en lo fuerte que es, que esa fortaleza sin duda se la da Dios.
No se cómo ella hace para levantarse y enfrentar todo lo que está pasando, no se cómo le dedica tiempo a su hija, no se cómo come, ni duerme.
Y expresa su incomodidad por el trato que recibe la viuda: -Me da rabia, inconformidad e impotencia como la juzgan y la tratan gente que ni la conoce, que crean instagram falsos para decirle de cuanta locura, como si supieran de la vida de ella, de lo que ha hecho, de cómo vivió su matrimonio, de cómo es su familia, de que si cometió un error saben el porqué.
¿No se dan cuenta que ella está sufriendo mucho? Que no es fácil perder a su esposo y compañero de vida? Dejen la ignorancia por favor, que el que juzga será juzgado, el que humilla será humillado.
Dejen a Dayana en paz por favor. Me pongo en su lugar, me pongo en sus zapatos y digo ¡qué verraquera, qué fortaleza¡ Que Dios te guarde, te bendiga y te proteja Daya.
La respuesta de la viuda
-Gracias Tata, así es, mis fuerzas vienen de Dios, el único que me ha mantenido como un roble y con la cabeza en alto, que los demás me juzguen e inventen cada día una noticia absurda, que se burlen de mi dolor, como en algún momento dije: Dios, perdónalos porque no saben lo que hacen. De él me quedó algo maravilloso, mi hija Paula y grandes enseñanzas. La vida de un artista no es fácil. Como esposa que fui estuve expuesta durante seis años a señalamientos por parte de personas que yo ni conocía, pero siempre me mantuve firme, y él siempre me demostró lo especial y maravillosa que fui en su vida. Eso no hace falta explicarlo, ni escribirlo. Los verdaderos amigos “pocos” saben que fue así.
