Al igual que en Venezuela, en Colombia estamos comenzando a ver funcionarios de alto riesgo que ponen en peligro la institucionalidad del país. Esta nueva categoría de ciudadanos se caracteriza por desobedecer las advertencias de los organismos de vigilancia y control, el incumplimiento de sus deberes y el desacato de las leyes.
Cada semana que transcurre estos burócratas están involucrados en algún escándalo de corrupción, desgreño administrativo, abuso de poder, persecución política u otra arbitrariedad. Estas son algunas tipologías de estos individuos:
Los hipotecados: Son funcionarios de elección popular o de libre nombramiento y remoción, impuestos por carteles de contratistas o caciques políticos regionales con el único propósito de robarse los dineros del Estado. Sus hipotecadas gestiones se concentran en la repartición de puestos, contratos y comisiones. Los cuestionamientos recientes sobre las millonarias licitaciones del chance y la Vía de la Prosperidad en Sucre y Magdalena, son un ejemplo de las actuaciones de este tipo de funcionarios impúdicos. Evidentemente son ellos los responsables del atraso económico y social de nuestras regiones. Las entidades que más persiguen para este tipo de ilícitos son las alcaldías, gobernaciones y puestos en entidades públicas del orden nacional y regional. La mayoría han terminado inhabilitados, destituidos o en la cárcel. Perdón, en casa por cárcel.
Los insurgentes indultados: Tal como los caracterizó en un reciente escrito Beatriz Berrocal, “son esos funcionarios cuya consigna es responder con insurgencia cuando de cumplir deberes se trata, o cuando de acatar órdenes del superior se refiere. Les resulta difícil reconocer el error porque han transgredido el proceso natural para llegar a la paz interior”. El caso del exalcalde de Bogotá, es un claro ejemplo. No reconoció su incompetencia para gerenciar la ciudad más importante del país, gobernó con resentimiento y terquedad, se centró en la defensa de su destitución y le importó un pepino el daño que le causó a la ciudad a pesar de las advertencias de las autoridades.
Los clanes familiares del poder: Me atrevería a decir, que son los autores intelectuales de esta hecatombe institucional que estamos viviendo. Se caracterizan por ser muy astutos, pocas veces se dejan pillar, delegan en los caciques regionales y amigos (los pilos en su época de colegio) los cargos claves para mantenerse en el poder económico y político del país durante décadas. A este club pertenecen los Lleras, Santos, Samper, Galán y Gaviria entre otros.
Es hora que el país comience a reflexionar y dar el debate sobre si vamos a seguir permitiendo ser gobernados por esta estirpe de funcionarios de alto riesgo para la institucionalidad. Claramente, la idoneidad para gobernar está siendo remplazada por la propagación de estos oportunistas políticos.
En el tintero:
1) Muy lamentable la ausencia de los ministros de Agricultura, Hacienda, Comercio e Industria en la Conferencia Internacional de Biocombustibles celebrada el pasado jueves en Cartagena. ¿Desinterés del Gobierno con la industria de Etanol y Biodiesel?
2) Es una vergüenza que Colombia haya perdido otra oportunidad de exportar 6.160 toneladas de carne bovina deshuesada, refrigerada o congelada a Europa porque el ICA y el INVIMA no han sido capaces de expedir y aplicar las normas que garanticen la admisibilidad sanitaria. Qué incompetencia!
3) El Superintendente de Industria y Comercio puso en cintura a las aerolíneas por no hacer devoluciones de dinero a pasajeros que se retractan de las compras que hacen por internet. ¡Buen punto!
@indadangond
Funcionarios de alto riesgo
Lun, 24/03/2014 - 18:28
Al igual que en Venezuela, en Colombia estamos comenzando a ver funcionarios de alto riesgo que ponen en peligro la institucionalidad del país. Esta nueva categoría de ciudadanos se caracteriza por