Una nueva generación llega al gobierno de Colombia para sacudir los cimientos de un país con anhelos de crecimiento y evolución. El presidente Iván Duque ha cumplido con sus promesas de nombrar un gabinete mayoritariamente técnico, sin cuotas políticas y con el 50% de representación femenina. Además, tendremos la primera vicepresidenta de la historia, una mujer inteligente y honesta como Marta Lucía Ramírez que por donde ha pasado ha dejado huella.
La experiencia de estos hombres y mujeres permite que nos concentremos en los retos que se avecinan, impulsando a cada uno de quienes servimos desde la institucionalidad para contribuir al cambio que necesitamos.
Uno de los primeros desafíos para el nuevo gobierno es la reactivación de la economía. Es necesario trabajar en reducir el déficit fiscal mezclando un mejor recaudo con adecuada ejecución del gasto. El Ministro entrante de hacienda, Alberto Carrasquilla, quien ya ocupó este cargo en el gobierno del expresidente Uribe ha dicho que hay que apretar varios “tornillos sueltos”, entre ellos recuperar la confianza inversionista, acercándose a la empresa privada, aumentar la competitividad y reducir el gasto público.
Frente a la educación, la nueva ministra María Victoria Angulo, quien se venía desempeñando como secretaria de esta cartera en Bogotá, tiene las herramientas y experiencia necesarias para mejorar el acceso y calidad de la educación básica, secundaria y universitaria, así como cerrar la brecha existente de oferta educativa entre la Colombia rural y la urbana.
Otro de los grandes desafíos es recuperar la seguridad y llevarla a los rincones más apartados del país. Es una realidad que las disidencias de las Farc, sumadas a los grupos criminales al servicio del narcotráfico y dispersos por el territorio nacional, se han vuelto un problema incontrolable para la fuerza pública. Por eso es necesario que llegue un Ministro como Guillermo Botero, a quien conozco bien y sé que es un hombre de resultados, para que ponga orden, revierta el fracaso de la erradicación de cultivos ilícitos y frene su aumento.
La salud, por su parte, es un tema fundamental para todos los colombianos. El Ministro Juan Pablo Uribe, exdirector de la Fundación Santa Fe y exviceministro de salud en el gobierno del expresidente Pastrana, sabe que se avecina una reforma a la salud y a las pensiones, pues el reto no solamente está en mejorar la calidad y acceso a las mismas, sino en solucionar las dificultades financieras.
El trabajo y la formalización del mismo para miles de ciudadanos es también una prioridad. Según el observatorio laboral de la Universidad Externado, de las cerca de 22’600.000 personas que desempeñan algún trabajo, el 60% se encuentran en la informalidad. Por esto, es un alivio que la doctora Alicia Arango tome las riendas del Ministerio del trabajo, una mujer de extraordinarias cualidades, quien ya fue embajadora de Colombia ante la OIT además de ser cercana al presidente electo, por lo que conoce sus objetivos en materia de emprendimiento y generación de empleo.
Por otro lado, el presidente Duque ha sido muy claro en que enfrentará la corrupción y le apostará a un sistema de justicia que recupere la credibilidad en la ciudadanía. Por eso la Ministra Gloria María Borrero es una ficha clave de esa renovación, pues no solo viene de trabajar durante años en la corporación Excelencia en la Justicia sino que ha dedicado gran parte de su vida al diseño de programas y reformas para que haya más transparencia en las instituciones judiciales.
El próximo gobierno ha enfatizado que no repartirá prebendas burocráticas, así que el papel de la Ministra del Interior, Nancy Patricia Gutiérrez, será fundamental en ese relacionamiento con el Congreso de la República que conoce muy bien, ya que es una mujer que se ha hecho a pulso y la única que ha presidido la Cámara de Representantes y el Senado. A la doctora Gutiérrez le tengo especial aprecio y admiración por sus capacidades y liderazgo, necesarios en esta nueva etapa.
Ahora bien, hay otros sectores que considero deben ser priorizados en los próximos años que son minas y energía, comercio e industria, y el campo. El primero, estará liderado por la Ministra María Fernanda Suárez, mujer eficiente y preparada, a quien conocí en la dirección de Crédito Público y tiene el gran reto de mejorar la calidad del servicio de energía en varias regiones del país, especialmente –porque conozco y he denunciado el tema- en la costa con la empresa Electricaribe. Luego de una ardua batalla el gobierno saliente decidió intervenir e iniciar el proceso de liquidación de la empresa, pero necesitamos que se acelere este último para que llegue un nuevo operador que preste un buen servicio con tarifas justas.
El segundo es el Ministerio de comercio, industria y turismo que estará a cargo de José Manuel Restrepo, ex rector de la Universidad del Rosario, a quien admiro por su gran preparación técnica y representa –como lo ha dicho el presidente Duque- una de las mentes más brillantes de nuestra generación. Esta cartera debe asumir nuevos desafíos en el potencial turístico, aumentar las exportaciones y promover el desarrollo productivo de las pequeñas, medianas y grandes empresas.
El tercero es el desarrollo rural y el campo. El gobierno entrante ha expresado la voluntad de hacer una reforma rural integral que le dé al campesino acceso productivo a la tierra, tecnifique los procesos y haga de este un motor de crecimiento económico para el país. Es hora de coger el toro por los cuernos frente a los altos precios de los insumos agrícolas, tema que he venido denunciando y al que dedicaré esfuerzos desde el Congreso. Este gran reto estará a cargo del economista Andrés Valencia Pinzón, quien tiene amplia trayectoria en el sector agropecuario.
Como ven, es un gabinete especialmente técnico y joven. Uno de sus más simbólicos representantes es Jonathan Malagón, que con apenas 33 años y una hoja de vida intachable, demuestra que se puede llegar a un Ministerio como el de vivienda con preparación y méritos. Esta nueva generación nos mueve a levantarnos para construir entre todos la Colombia que queremos, por eso, desde el Congreso lideraremos esa causa y seguiremos siendo la voz de los ciudadanos de a pie.
Pertenezco a esa generación que quiere demostrarle al país que se puede ejercer la política honestamente, con el único fin de mejorar la calidad de vida de la gente y contribuir al gran cambio que necesitamos.
