Un 12 de octubre de 1492 (dicen), nos descubrieron, porque un marinero osado se atrevió a desafiar el mito de que la tierra era plana y llegó como pudo a cualquier playa. Tan perdido estaba Colón después de varios y extenuantes meses de travesía que creyó estar pisando suelo asiático, de ahí que bautizó los territorios extensos, ricos y diversos con que se topó, como Las Indias Orientales. (Claro de haber tenido un GPS otro habría sido el nombre, seguramente).
Desde entonces el pensamiento occidental da por hecho que ese día empezamos a existir, como si antes de Colón aquí no hubieran habido civilizaciones, como si no tuviéramos historia y fuera equiparable su llegada a la creación descrita en el Génesis ese primer libro de la Biblia donde en vez de un largo y complejo Big Bang hay siete días intensos de trabajo divino.
Está bien que recordemos la llegada de Colón pero no con la simplicidad de un festivo más, al fin y al cabo fue el inicio de muchas de nuestras tragedias. Nos cambiaron el rumbo para imponernos culturas ajenas que llegaban a destruir y no a comprender lo que encontraban a su paso.
Cristobal Colón y la saga de bandidos que lo siguió, incluidos holandeses, franceses, ingleses, alemanes, etc. Arribaban al mundo americano como si se tratara de niños malos en disputa por una piñata llena de dulces después de darle un garrotazo al continente. Masacraron pueblos enteros, se robaron el oro y la plata y sentaron en tronos espurios gobernantes infames que se hacía llamar virreyes.
Como si no hubieran hecho suficiente daño, trajeron después millones de personas esclavizadas, destruyendo a su paso parte del continente Africano y sentando, sin proponérselo, las bases de nuevas y fructíferas culturas mestizas que son las que hoy conforman mayoritariamente nuestro mundo.
Hoy, en Colombia, el 12 de octubre se celebra como el día de la raza, que debería ser de las razas, entre otras razones porque no fue una sola raza que llegó de África y no fue una sola la que habitaba en América. Desde el norte en Alaska hasta el sur en la Patagonia los pueblos llamados indígenas son miles y muy distintos en lengua y cultura y en las galeras de miedo llegaron personas de regiones y culturas dispares que la indolencia esclavista convirtió en un solo grupo étnico “los negros”. Pero ni los siux, ni los aymaras se definían como indios, ni los Mandiga se reconocían a si mismos como negros.
Claro, miles de años después algo se ha reparado de tanto daño y tanta dominación. Nuestro continente está ahora hecho de países donde no existe legalmente la esclavitud. Muchos pueblos indígenas han recuperado su orgullo y su cultura y se producen avances pequeños pero importantes en el camino de ofrecer mayor equidad e inclusión, pero todavía no nos pensamos desde la verdadera historia, desde las raíces más profundas.
Los relatos sobre nuestros orígenes son ambiguos y los textos académicos traen mucha más información del descubrimiento y la colonización que de las culturas ancestrales nativas o de las esclavizadas.
Así lo diga la Ley 70, conocida como de negritudes, no tenemos en Colombia Etnoeducación. Seguimos enseñando en los colegios la historia de esos ignorantes creyeron descubrirnos. Por todo esto declaro: ¡No me gusta el 12 de octubre!, aunque le digan el día de la raza como un eufemismo más para hacernos creer que allí empezamos a existir.
www.margaritalondono.com
http://blogs.elespectador.com/sisifus/
La ignorancia es atrevida
Lun, 14/10/2013 - 16:55
Un 12 de octubre de 1492 (dicen), nos descubrieron, porque un marinero osado se atrevió a desafiar el mito de que la tierra era plana y llegó como pudo a cualquier playa. Tan perdido estaba Colón d